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ASEGÚRATE DE INVITARLO A JUGAR VIDEO JUEGOS… Y SIN IMPORTAR LO PÉSIMO JUGADOR QUE SEA, SIEMPRE DÉJALO GANAR.

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Su corazón ya debería estar cansado de tantos golpes que recibe.

Shõto ya debería estar acostumbrado a esas alturas, pero la verdad es que todavía no puede acostumbrarse a sufrir, incluso si ello ya se volvió parte de su vida. Ya es tan normal en su vida preguntarse si realmente vale tanto la pena llorar en su cuarto porque nuevamente, Katsuki le ha mandado un mensaje pidiéndole disculpas de que no podrá llegar a su casa.

Acompañaría a Eijirõ a una exposición de las fotografías más famosas de Cartier Bresson –el fotógrafo favorito del pelirrojo– mientras él tendría que aguantar y quedarse a ayudar a Rei a preparar la comida, lavar el piso y acomodar los viejos álbumes de fotografías que habían encontrado arrumbados en la habitación de la peli blanca.

Aunque por supuesto que para su mamá no paso por desapercibido que el rubio no llegara a su casa esa tarde del viernes. Desde que los pequeños se conocieron, no había ningún día en la semana que no pasaran juntos. Era común que el peli cenizo se llegara a quedar en la casa de los Todoroki, o al revés, Shõto iba a pasarse todo el fin de semana en la casa de los Bakugō.

Supuso que entonces algo andaba mal, porque ver a Shõto con el rostro decaído era algo increíblemente extraño. Conocía a su hijo, sabía lo callado y tímido que solía ser, que muy pocas veces tenía contacto con alguien más que no fuera ella, y el miedo que se adueñaba de su cuerpo en aquellas situaciones de las cuales no era capaz de enfrentar. No obstante, desde que conoció a Katsuki, muchas cosas habían cambiado para bien.

Shõto mejoró su timidez y aislamiento.

Hasta el día de hoy, Rei tal vez empezaba a sospechar que algo malo sucedió entre su hijo y el rubio, aunque por supuesto no se atrevió a indagar sobre el tema, si Shõto no tenía la confianza para contárselo, esperaría a que el bicolor decidiera cuando era el momento perfecto para hablarle sobre sus problemas. Sin embargo, sospechaba que Shõto era un poco –demasiado– tonto para abrir la boca.

—¿Sucede algo, cariño? —Rei se sentó a su lado en el sofá, mirando vagamente el programa que trasmitían por televisión—, has estado muy callado desde que regresaste de la escuela. ¿Katsuki no vendrá hoy a pasar la noche?

El bicolor se encogió de hombros, fingiendo que no le importaba en lo absoluto lo que el idiota de Katsuki estuviese haciendo en ese momento. Bien podía estar divirtiéndose junto a Eijirõ sin recordar que tiene un mejor amigo llamado Shõto Todoroki esperando por él en casa. Y sinceramente, empezaba a cansarse de esa situación, a cansarse de que fuese él quien era dejado de lado.

—Salió con un amigo suyo a visitar un museo. No tengo idea si vendrá o no. De todas formas, no me importa —soltó ya con brusquedad. Buscando en su mente y auto convenciéndose a sí mismo que no era algo por lo que tendría que echarse a llorar.

Someday it'll be me [BakuTodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora