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ASEGÚRATE DE TENER UN MEJOR AMIGO… Y NO SER LO SUFICIENTEMENTE TONTO PARA ENAMORARTE DE ÉL.

La peor parte de crecer siempre son los cambios

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La peor parte de crecer siempre son los cambios.

Cuando se es niño todo es sencillamente fácil, puedes conseguir infinidad de cosas que tus padres no te permiten tener por el hecho de que no quieren malcriarte, sin embargo con una mirada de perrito abandonado, una sonrisita de gato o un berrinche de bebé es realmente simple que otras personas caigan en tu juego y terminen por darte lo que deseabas desde un principio.

Y Katsuki Bakugō es relativamente un malcriado, el nene consentido de todo el vecindario, todos lo adoran y respetan por ser un niño increíblemente inteligente, guapo, talentoso, perfecto en básicamente todo lo que realiza. Sin duda alguna todos lo quieren y admiran, aunque claro, nunca faltan los buenos insultos que Mitsuki suele soltarle en forma de broma debido a que le encanta observar el mal genio que su hijo había heredado de ella.

El rubio creció siendo la enorme promesa de la familia Bakugō. Desde pequeño había presentado demasiadas razones para considerarlo como un niño súper dotado, habiendo sido sometido a varias pruebas estándar para medir su nivel de inteligencia, sacando una puntuación mayor de 174, dejando totalmente sorprendidos a sus padres, quienes en realidad no esperaban mucho de su primogénito, que al final terminó siendo el único.

Había tenido cientos de oportunidades para asistir a las más prestigiosas escuelas de Japón, incluso llegaron a ofrecerle unas cuantas becas en Estados Unidos, pero Katsuki rechazó todo aquello, dando la estúpida excusa de que prefería crecer como cualquier otro niño de su edad lo haría. Y Mitsuki no se opuso en la decisión del rubio. Para cualquier otra madre hubiese sido la ocasión perfecta para presumir de lo que su hijo era capaz, pero para Mitsuki no fue así, es más, ella se alegró al saber que su bobo hijo estaría con ella por mucho tiempo.

La rubia siempre notó cuan aburrido era para su pequeño la rutina diaria de ir de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, a pesar de que lo había inscrito a diferentes actividades, Katsuki siempre sobresalía en cada una de ellas, incluso ganándose unos cuantos enemigos por la mera acción de ganar en absolutamente todo.

El chico aprendió a hablar a la edad de seis meses y a leer a los dos años. Consiguió entrar al jardín de niños sin problema alguno, extrañado del porqué muchos niños se quedaban llorando luego de que sus padres los hayan ido a dejar el primer día de clases.

Katsuki no le dio la suficiente importancia que muchos de sus compañeritos lo miraran con enojo y envidia cada vez que obtenía una estrellita en su frente por su buen comportamiento y sus excelentes calificaciones, pero al final de todo, para el pequeño rubio resultaba totalmente aburrido no tener con quién compartir su felicidad.

No fue hasta que cumplió los ocho años cuando conoció a la pequeña pelusa blanca/rojiza que se escondía detrás de la amiga de su mamá el día que fueron a comprar chocolates a su puesto. Al principio ni siquiera se percató de la timidez que rodeaba a ese extraño niño, pero no pasó mucho tiempo para que ambos se convirtieran en los mejores amigos que alguna vez pudieran existir.

Someday it'll be me [BakuTodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora