—Eres un estúpido, Prem —escupió la chica con desprecio— Un torpe e inútil.
Todos los chicos y chicas que observaban la escena rieron ante la burla mientras el chico se levantaba del piso.
Prem ya no podía soportarlo, le había prometido a su novio que no se metería en problemas. Pero hoy había resultado difícil ya que, para empezar, Sabrina había hecho que tropezara en el comedor en frente de todos y el resultado fue su almuerzo en el piso con personas riéndose de él y un Prem con hambre. Y ahora, la misma chica le empujó en el patio provocando una raspadura en las palmas de sus manos y codos
Prem solo bajó la cabeza tratando de soportar el dolor en las partes afectadas, intentando no llorar quiso irse de ahí, pero la chica pelirroja impidió que avanzara poniéndose frente a él.
—¡Miren! ¡Quiere llorar! —se burló la chica— ¡El patito feo quiere llorar! —gritó soltando una risa haciendo que todos se rían de Prem por el estúpido apodo.
Boun no podía soportarlo, su paciencia tenía un límite, y ésta chica tonta lo había sobrepasado.
Levantando el rostro miró directo a la chica con una expresión seria.
—Sabrina, si no te quitas de mí vista, yo-
—¿Tú, qué? —provocó la chica— No creas que puedes hacerme algo, patito fe-
Un golpe inesperado en su nariz hizo que la pelirroja no acabase su oración.
La chica rápidamente se llevó ambas manos a su nariz comprobando que el puñetazo que Prem le habia dado provocó un sangrado.
—¡Estúpido! ¡Me rompiste la naríz! —vociferó la chica.
Antes de que Prem puede decir algo, las personas de alrededor comenzaron a dispersarse y el castaño sabía cuál era la razón.
—¡¿Qué está pasando aquí?! —habló elevando la voz.
—Maestra, Prem me golpeó y me rompió la naríz —se quejó la pelirroja quien elevaba la cabeza con una mano en la nariz.
—¡Eso no es cierto! —expresó Prem— Bueno sí, pero ella empezó primero. Mire —mostrando las raspaduras de sus manos.
—¡No quiero escucharlos! —gritó la profesora— Prem, Sabrina, a la oficina de la directora —ordenó dándose media vuelta empezó a caminar con los nombrados detrás.
(...)
—Entonces Sabrina te empujó —manifestó la directora mientras Prem quién estaba sentado frente a la directora, asintió— Y luego golpeaste a Sabrina en la nariz —Prem volvió a asentir— ¿Estás conciente del hecho de haber golpeado a una compañera?
—Si —afirmó Prem— Pero-
—No, no quiero escuchar ninguna excusa —interrumpió la directora— Ya llamé a tu tutor y viene en camino.
—¿Qué?
—Y hablaré muy seriamente con él sobre tu comportamiento —añadió con tono serio.
(...)
Prem estaba sentado en uno de los bancos afuera de la oficina de dirección, movía sus pies balanceandolos de atrás hacia adelante de forma nerviosa ya que pasaron diez minutos desde que su tutor ingresó para hablar con la directora y a decir verdad, en cuanto llegó le dirigió una seria mirada a Prem.
De pronto la puerta se abrió y Prem rápidamente volteó la cabeza.
—¡Boun! —dijo Prem poniéndose de pie— ¿Qu-qué te dijo la directora? —preguntó inseguro.
