El tintineo del braile era uniforme, casa vez que el papel llegaba al borde un "tin" hacía eco en todo el aula, quizá sus compañeros ya estaban acostumbrados, pero aún así siempre hacían la misma broma.
—¡Sube!— gritaron todos al unísono cuando un nuevo tintineo sonó y luego soltaron una risa, y él solo sonrió.
—Ya les dije que no hagan esa broma—expreso algo molesta Jenifer.
—No te preocupes Jen —con una sonrisa calmó a su amiga.
—Silencio a todos —elevó la voz la maestra desde su escritorio— Ya que al parecer todos acabaron los ejercicios entonces podemos aprovechar para presentar a un nuevo compañero, Ohm ¿Podrías presentarte?— y poniéndose de pie invitó a pasar al nombrado.
—No es necesario —manifestó el azabache.
—Sí es necesario, ven pasa —insistió la profesora.
El moreno sin muchas ganas se levantó de su pupitre y se dirigió al frente.
—Uh... Me llamo Ohm Thitiwat y vengo de Bradford, me mudé hace poco y-
No pudo continuar porque la campana lo salvó ya que el timbre de salida indicaba el final de la clase.
—Bien Ohm, puedes volver a tu lugar. Y para los demás no se olviden estudiar para el examen. Pueden retirarse.
No bastó más para que todos empezaran a colocar sus materiales en sus respectivas mochilas y salir del aula.
Fluke aún estaba sentado en su pupitre esperando a Jenifer.
—¿Vamos? —preguntó al castaño.
—Si— respondió para proceder a sostenerse del brazo de su amiga y caminar rumbo a la salida.
La pelinegra se detuvo en la puerta, se dió la vuelta y vió que Ohm aún estaba alistando sus cosas.
—¿Quieres venir con nosotros?— le preguntó.
—Claro —aceptó el moreno.
Cuando llegaron a la que era la casa del castaño Jenifer se detuvo.
—Dame las llaves— pidió con amabilidad a Fluke, y éste se las entregó— Bien, aquí tienes—abriendo la puerta y devolviéndole las llaves.
—Gracias Jen y gracias Ohm. Adiós.
—Hasta mañana Fluke —se despidió la chica.
Fluke entro a su casa, Jenifer fue la que habló primero viendo a Ohm.
—¿Por donde vives?
—Por allá, a dos cuadras más o menos—indicó señalando con su mano.
—Bueno yo de hecho me pasé de mí casa, pero no importa porque por Fluke yo haría cualquier cosa.
—¿Ustedes son uh... Novios? —interrogó Ohm.
—¡¿Qué?! ¡No! —negó con las mejillas sonrojadas.
—Entonces...
—Solo somos mejores amigos —repuso Jenifer.
—Bueno. Eh... Yo me tengo que ir, nos vemos mañana —manifestó Ohm despidiéndose.
—Si claro, adiós.
(...)
Los dos amigos se encontraban sentados bajo la copa de un árbol en el césped.
—Te digo que Mia no dejaba de mirarte —dijo la pelinegra.
—De que hablas Jen, sabes que Mia no me gusta— se defendió.