—Entonces Earth quiso saber cuando podríamos salir en una cita doble —comentó Fluke con una sonrisa en su rostro— Pero le dije que a ti no te gustaba salir de casa.
—Y ¿Tú quieres salir? —preguntó Ohm agarrando la mano del castaño por encima de la mesa— Porque sabes que yo haría cualquier cosa por ti.
—No te preocupes, a decir verdad a mí tampoco me gusta mucho esa idea —repuso Fluke— Te amo Ohm, siempre estaré contigo.
—Tambien te amo mí ratoncito —dijo el azabache mientras acariciaba el rostro de Fluke con suavidad— Te amo tanto.
Thitiwat acercó su rostro al de Fluke quien había cerrado los ojos.
Cuando Ohm estaba a punto de besar a su novio el sonido de una alarma hizo que se separaran.
—Ya es hora —manifestó Fluke pasando su mano por el cabello de Ohm.
—Odio cuando pasa ésto —dijo el moreno soltando un suspiro.
Ambos se pusieron de pie y Fluke entrelazó su mano con la de Ohm subiendo las gradas hasta llegar al segundo piso.
Fluke abrió la puerta de su dormitorio y, junto a Ohm, se dirigieron hasta una especie de tubo de metal colocado verticalmente de forma improvisada frente a una ventana.
—Odio tener que hacer ésto —repuso Fluke con un puchero mientras sacaba unas cadenas con grilletes y se acercaba a Ohm— ¿De verdad es necesario?
—Claro que sí, cariño —dijo Ohm mientras se sentaba en el piso junto al tubo— Sabes lo que pasó la última vez.
—Lo sé, pero aún así, no me gusta verte encadenado —repuso el castaño una vez que puso el grillete en el tobillo derecho de Ohm para encadenarlo al tubo.
—Es por tu seguridad, no quiero hacerte daño —dijo el moreno levantando su mano para que Fluke le coloque un grillete— Así que basta de reclamos, y termina de encadenarme porque estamos perdiendo el tiempo.
—Bien —bufó el castaño terminando de encadenar la mano y el cuello de Ohm— Listo —dijo poniéndose de pie.
—Hey, no te enojes bonito —manifestó Ohm mirando al castaño— Ven aquí.
Fluke, aún enojado, se acercó un poco a Ohm.
—Acercate más —ordenó con una sonrisa.
Soltando un suspiro Fluke se acercó más a Ohm y se puso de rodillas frente al moreno.
—Lamento haberte hablado así —habló con suavidad— Sabes que nunca me perdonaría si llegara a hacerte daño.
—No, perdóname tú a mí —dijo Fluke abrazando al azabache mientras ponía su rostro en el cuello de Ohm— A veces olvido que ésto te duele más a ti que a mí.
—Tranquilo mí niño, no es culpa tuya—manifestó el moreno.
Así se quedaron por unos segundos hasta que Fluke se alejó.
—Será mejor que me dejes solo —habló Ohm con una leve sonrisa.
—Pero yo quiero estar contigo —Fluke puso un puchero— Por favor.
—Amor, ya hablamos de ésto.
—De acuerdo, entiendo —aceptó el castaño dándole un beso en la mejilla a Ohm.
—¿En la mejilla? —preguntó Ohm.
—Si, porque estoy un poco enojado contigo —repuso Fluke para después salir de la habitación ignorando los llamados de Ohm.