Capítulo 40

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FUE lo más que habían dormido en días: ocho horas completas. La casa aún apestaba a gas lacrimógeno, así que habían reservado una habitación en la Casa del Edén para lo que quedaba de la noche y toda la mañana siguiente. Con el combustible de la adrenalina y la excitación que vino con la victoria, Paul y Chloe había follado como locos en cuanto llegaron a su habitación. Y luego, por supuesto, durmieron. Un bendito, bendito, sueño.

Ahora en el posfulgor del buen sexo y el sueño reparador, Paul se tomó un tiempo para repetir en su mente los eventos de la noche previa. Él estaba, y con muy buena razón, condenada y jodidamente orgulloso de lo que habían conseguido.

Paul y Chloe se habían reunido con Marco seis horas antes de entrar en la tienda vacía para encontrarse con Jeanie. Había sido prudente al hablar con Paul, temiendo alguna trampa, y había requerido cierta elocuencia y algunas grandes promesas conseguir que se reuniera con él en un restaurante muy público. Para liberarse del atento y paranoico ojo de Eddie, Marco le había dicho a este que Amelia quería comentar con ciertos detalles técnicos, sabiendo bien que Eddie odiaba los detalles técnicos y que enviaría a Marco a la reunión a solas. Paul no había estado seguro de cómo reaccionaría Eddie a su proposición, pero el hecho de que no asistiera en absoluto era una buena señal. Marco estaba avergonzado por el fiasco en la casa de Paul y estaba obviamente muy cabreado con Eddie por volverse loco de ese modo. Paul expuso su caso: la muerte de Raquel había sido un accidente y ese Eddie era un bala perdida. Si Marco acordaba ayudarles a deshacerse de Eddie, harían todo en su poder para deponer a Eddie del mando y juntos podían convencer a Isaiah de asegurarse de que la Tripulación de Jeanie asumía el asiento de Raquel en el comité. Marco, escéptico y prudente, hizo un montón de preguntas, especialmente sobre Jacob y Winston y lo que Paul quería hacer exactamente con Eddie. Marco no tenía en mucha estima a su compañero, pero no quería hacer daño al tipo y ciertamente no quería que nadie acabase en prisión. Estuvo de acuerdo en retirarle a Eddie su apoyo y hablar con los demás miembros de la Tripulación, pero decía que necesitaban encontrar un modo de incitar a Eddie a que hiciese algo estúpido de nuevo. La mayoría de ellos estaban hartos del temperamento y locuras del hombre, pero La Balleba permanecía leal: sólo daría la espalda a Eddie si todos los demás también lo hacían. Paul le había asegurado a Marco que tenía el plan perfecto en mente.

Marco se reunió con La Ballena, y Chloe les hizo fotos a escondidas, las mismas que luego usaron en el museo pirata. Marco le contó a La Ballena un cuento sobre que la policía iba detrás de él y que se fuese a Miami hasta que se enfriaran las cosas, quitándole el teléfono móbil y las tarjetas de crédito para que la poli no pudiera seguirle el rastro. Le dio algo de dinero para cubrir gastos hasta que la Tripulación volviese a por él en algunos días. Aún dolorido y mareado por el rudo trato que había recibido en la casa de la Tripulación, al parecer el Gordo se había alegrado de tener una oportunidad para descansar.

Mientras tanto, Paul y Abeja prepararon las cosas en el museo pirata. Después llegó el momento de llamar a Jeanie. La parte arriesgada era implicarla. Eddie la había metido en aquello, de modo que ella podría tener cierta lealtad hacia el hombre. Por otro lado, Paul y Sandee le había salvado la vida, y él confiaba que eso podría contar algo a sus ojos. Como poco, fue bastante para conseguir una reunión cara a cara con ella. Paul le contó que Marco estaría allí también como una especie de observador neutral. El plan era mostrar a Jeanie lo inestable que era Eddie y que Marco le hiciese su ofrerta. Con su apoyo, Marco, La Ballena y el resto de la Tripulación de Eddie se percatarían de que seguir al lado de su chiflado líder bateador de mierda iba a causarles problemas y costarles dinero; y quizá incluso conducirles a un conflicto directo con la tripulación de Jeanie.

Luego, lo único que Marco tuvo que hacer fue regresar al hotel y decirle a Eddie que Jeanie había recibido una llamada de Paul y que habían preparado una reunión. Eddie mismo demandó que acudieran en secreto para montar una emboscada a Paul y a Chloe. Resultó que también avisó a Isaiah para que enviara a alguien también, lo cual habría sido una jugada inteligente si Paul no tuviese ya dos movimientos por adelante de él. Cuando Amelia apareció por sorpresa, funcionó todo mejor. Habían estado transmitiendo al ordenador portátil de Marco una imagen de todo lo que Eddie decía en el museo y Marco más tarde le había dicho a Paul que Amelia se había disgustado con el comportamiento de Eddie, dando a Marco aún más datos para convencer a sus camaradas de Tripulación que seguir con Eddie sería un grave error.

Milla Cero - G33K Mafia 2 de Rick DakanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora