Capítulo 11:|Revelaciones|

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Eva

Por primera vez, después de tanto tiempo, anhelaba volver a casa. Mi hogar, alejado de todos, de los clanes, de los Miracle, ahora de la recién aparición de los Van Amster y de todo lo que me rodeaba. No me sentía lista, no estaba preparada para aceptar lo que era, por más que lo intentara. Y estaba agotada, cansada de tener a Lucas a mi lado cuando no deseaba su presencia. Harta de que insistiera en que debía permanecer en la residencia. Exhausta de las mentiras, de los problemas, de las preguntas sin respuestas que no me llevaban a ninguna parte.

A veces solo quería dormir, sumergirme profundamente en mi cama y despertar siendo humana. Tener a mamá preparándonos el almuerzo como solía hacer. A Silvia discutiendo por las mañanas para sacarla de la cama y a papá. Él dándome un beso de buenos días en la frente siempre antes de abrir los ojos. Todo estaba perfecto. Todo estaba bien. Ahora sentía como si todo estuviera desmoronándose, olvidado, perdido. Ahora solo quedaban recuerdos que se desvanecían con el tiempo.

Así que lo hice, estaba de vuelta. Le pedí a Lucas que me diera tiempo para reflexionar, para tomar una decisión, y luego haría lo que él me pidiera. Aunque, de hecho, había recibido una llamada urgente y me dejó marcharme solo por eso. Probablemente, con este tiempo ganado intentaría que no se saliera con la suya y organizaría un mejor plan para lo que me tendría que enfrentar. Pero, por ahora, quería estar sola.

Aunque estar sola significaba estar con Gabriel.

Él me dijo que debíamos hablar, que tenía muchas cosas que contarme que aún desconocía y, a estas alturas, ya no sabía qué era lo que realmente sabía y lo que no. De todas formas, me habló sobre el hombre de la cárcel y lo que había sucedido después del accidente; y yo le conté sobre los Miracle y sus planes, y llegamos a la conclusión de que deberíamos buscar al doctor Diego, quien había estado presente cuando había ingresado en el hospital.

Cuando regresé de la muerte, vinieron a mí muchas cosas que parecían recuerdos, pero eran más secretos y cosas que había visto y quisieron ocultarlo a través de la hipnosis. Gabriel, principalmente. Había ocultado varias veces cuando intentaba decirme lo que era, lo que sucedía y las veces que vi a Lucas e intenté hablar con él, a Gisela tramando cosas y Alessia mintiéndome en la cara. Sin embargo, no iba a decir nada, no ahora que todo había regresado a su lugar porque, de todas formas, buscarían la manera de que lo volviera a olvidar o de qué no me involucrara. Y también estaba cansada de eso. Sí, no era la más lista; ni la mejor combatiendo el mal ni la mejor en el trabajo vampírico o en su mundo, pero lo intentaba. Al menos lo intentaba.

En fin. Acordamos con Gabriel que iríamos mañana, aunque no creía que pudiera esperar hasta entonces. Al día siguiente sería mi cumpleaños y, aunque técnicamente no lo celebraría porque los muertos no cumplen años, quería hacer algo especial. Chiquito pero especial, con mi novio, mi mamá y mi amigo Lían. Es cierto, no estábamos para celebraciones, no ahora que todo estaba tan revuelto como cuando comes algo que sabes que te sentará mal y luego tendrás que vomitar. Sin embargo, creía que necesitaba un momento de paz, no me bastaría con ir a mi antigua casa —antigua, porque parece que se decoloró, quedó vacía, fría con mi muerte—, sino que necesitaba descansar.

Quizás cuando ordenara todas mis ideas debería viajar, abandonar este lugar que ocultaba demasiadas cosas. Tomar unas vacaciones, terminar mi último año de la carrera de Periodismo y Comunicación y luego, no sé, simplemente vivir. Tal vez debería viajar a España para Navidad y visitar a mi tía Rosa, la hermana de mi papá. O a California, donde vivían los parientes de mi mamá: la tía Celeste, mis primas y el tío Zen con sus hijos. Aunque también, hablando de la universidad, debía ir y hablar con el asesor académico para solucionar mis días e, incluso, meses de ausencia. Tal vez presentaría un certificado médico y eso justificaría lo que me había pasado, para no tener problemas y no darlo todo por perdido.

El regreso: Desvanecidos (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora