Capítulo uno.Vuelvo a mi casa, a mi hogar, por fin.
Después de un año viajando de un lado para el otro, mis padres han decidido que lo mejor es que acabe los estudios para que así puede heredar su empresa sabiendo cómo funciona cada sistema.
Me da un poco de morriña tener que volver a Avonlea, quiero decir, voy a echar de menos lo de la ciudad, pero he oído que gracias a la señora Lynde se ha cambiado mucho ese pueblecito pequeño, y ahora está irreconocible.
Apenas recuerdo a nadie y aún que pudiese no creo que poder volver a verlos, ellos se irán a la universidad nada más comience el curso.
Yo, como tuve que estar un año fuera, tengo que repetir mi curso, y empezar de nuevo con los que tienen diecisiete años, mientras yo tengo dieciocho.
La verdad no tengo ganas de hacer nuevos amigos, casi siempre son unos interesados, que solo les interesa la fama y el dinero, eso es la maldita realidad, aún que la gente la quiera ver de arcoíris.
Al único que conocía de diecisiete años era a Moody, ese chico fue mi mejor amigo desde que tengo sentido de razón. Aún así, no puedo evitar sentirme mal por haberlo dejado durante un año tirado.
Eso era lo que más odiaba de ser famoso, tenias que dejar a personas en el camino a la cima, y aún que yo no quisiese esta vida, mis padres tuvieron que mandarme por herencia y todo ese rollo.
Ahora mismo me encontraba en el avión que aterrizaría en Toronto, y después un taxi vendría a por mi para llegar a Avonlea.
Miré a mi lado solo viendo a un viejo adinerado intentando ligar con una modelo; facts de ir en zona vip.
Lo que más odié fue ver el asiento de al lado vacío. Deseaba que mi padre estuviese aquí conmigo dándome ánimos para empezar el curso, pero no, el tenía que estar en entrevistas absurdas con la idiota de mi madrastra.
Margareth.
Nunca creí en los demonios, pero desde que esa mujer llegó a mi vida, tengo que rezar catorce veces el padre nuestro para que no venga a mi habitación a las tres de la mañana y venda mis órganos al Anticristo.
Ella siempre se ha aprovechado de mi padre, siempre ha querido de todo y parece una niñata llorona que solo balbucea "Porfis cari" para que mi padre le haga caso.
Deprimente, ¿no? Pues este sólo era un breve comienzo de mi vida.
♢
Tenían razón, Avonlea era un lugar nuevo.
Y a decir verdad me gustaba, era moderno pero no perdía su toque rústico. Había una cantidad de árboles en los caminos, tiendas y parques que decoraban el pueblo haciéndolo lucir más bonito.
Empecé a caminar hacia la casa de mi infancia, allí vivía Bash, me tío. Claramente con Mary y Delphi, su esposa y su hija.
Este último curso lo pasaría con él. Aún recuerdo cuando le rogó a mi padre para no irse a vivir con nosotros por la presencia de Margareth, ella es bastante racista. Desde siempre.
Creo que me estaba perdiendo, así que empecé a fijar mi vista en alguna persona que me pudiese ayudar, divisando a una señora mayor a lo lejos.
Corrí hacia ella y me miró con una mirada bastante cálida,—Oh, ¿tú no eres el hijo de John Blythe? Hace mucho que no te veo por aquí.
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𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐅𝐋𝐀𝐕𝐎𝐑 | awae
RomanceGilbert Blythe, conocido en todo el país, hijo del famoso John Blythe creador de Blythe's Entertainment, y gran mujeriego en su instituto. Ese chico que ha roto más corazones que platos, siempre ha sido arrogante y geocéntrico hasta que una pelirroj...