Anne.Le he puesto los cuernos a Roy.
Joder.
No podía seguir siendo su novia cargando la culpa de haberle puesto los cuernos y que él me fuera fiel. No podía.
Pero aún así, eso no era algo que iba a impedir mi relación con Gilbert. Por que para que negar que el pelinegro le gana por goleada a Roy, lo siento pero es cierto. Desde el primer momento que vi a Gilbert sabía que traía problemas con él, y quien lo diría, al final acabé metiéndome ahí como si tuviese un efecto imán. En mi defensa; lo quiero demasiado como para dejarlo ir.
Además, aún que sus errores en el pasado fueran reconsiderables me había demostrado que seguía sintiendo cosas por mi, y en varias ocasiones me comentó que estaba arrepentido.
Y aun que quisiera no creerle, sus palabras eran sinceras. No puedo odiarlo, simplemente.
Mientras caminaba a la cafetería en el encuentro de Roy me encontré a Gilbert, que me sonrió coqueto. Yo al ver que nuestros amigos estaban cerca le enseñé el dedo medio para que pareciese una coña o algo. El sonrió de nuevo y se giró hacia el otro pasillo mirándome de soslayo.
Al entrar en la entrada no tardé ni dos segundos en divisar a Roy sentado con un amigo suyo. Creo que se llamaba Andrew o algo así...
Mis nervios aumentaron, un dolor punzante se revolvió en mi barriga y las manos empezaron a sudarme. Parecía un flan.
Y aun por el tema del nerviosismo, mis piernas andaron torpemente hasta su encuentro. No di excusa alguna que lo cogí de la camiseta y me llevé escuchando sus quejas.
Llegamos al pasillo y lo único que pude reunir en valor y en aliento fue lo que le dije,—No podemos seguir juntos.
« Wow, se siente refrescante »
El se sorprende un poco y se aclara la garganta,—Oh... ¿Lo descubriste, no? Ya decía yo que ese tío no iba a tardar en decírtelo.
« ¿Qué? »
—¿Que tío? ¿De que hablas, Royal?—Dije nerviosa.
El se estremeció y se apegó a la pared de brazos cruzados,—No entiendo, ¿No te lo dijo Gilbert?
—¿Decirme qué?
—Que te puse los cuernos.
Me quedé en blanco. Royal me acaba de confesar que me puso los cuernos, y lo peor es que Gilbert ya lo sabía y no me dijo nada. Tiene paliza ese chico que no va a saber por donde ha venido.
Asentí insegura,—Ah. Bueno. Está... bien. Adiós.
—Anne...
—Adiós.—Dije segura intentando calmar las lágrimas.
¿Que si soy sensible? Sí. Me siento un poco decepcionada de cierta manera, pero aún así tampoco me sorprende. Y aun que ahora mismo tenga miles de ideas reconstruyendo la típica frase de "El amor es una mierda", en mi cabeza solo se reproduce la lenta y dolorosa muerte del hijo único de los Blythe.
✰
—Anne, suelta ese tacón.
—No.
—Anne, mira... Lo mejor es pedir perdón y así no me quedo sin ojo, ¿Vale? Así que...—No le doy tiempo a responder que la dicha prenda va directa a él,—¡Ahhhhh! ¡Me diste en el culo!
No puedo evitar soltar una risa al ver que se baja una parte del pantalón de pijama con los calzoncillos y muestra su cacha con una marca roja en el centro. Se la masajea intentando aliviar el dolor,—Eres un quejica.
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𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐅𝐋𝐀𝐕𝐎𝐑 | awae
RomanceGilbert Blythe, conocido en todo el país, hijo del famoso John Blythe creador de Blythe's Entertainment, y gran mujeriego en su instituto. Ese chico que ha roto más corazones que platos, siempre ha sido arrogante y geocéntrico hasta que una pelirroj...