La Noche En Raccoon City -Leon Kennedy

17. Choque

Antepenúltimo capítulo.

Narrador omnisciente.

Dos agentes con lentes obscuros entraron a la habitación donde Leon y Violette continuaban sosteniéndose el uno al otro. Los intrusos voltearon a mirarse por unos segundos y de inmediato caminaron hacia la pareja.

—Es hora de que se vayan de nuestras instalaciones. Acompáñenos. — La que parecía ser una vos femenina bastante grave, ordenó.

Violette alzó la mirada. Un impulso de rabia se expandía por su sangre mientras soltaba a Leon y miraba fijamente a las personas que entraron.

Ellos se llevaron a Sherry, los secuestraron, los separaron ¿Y no darían ni si quiera una explicación?

La pareja se levantó del suelo y Leon se colocó instintivamente al frente de Violette, puso su brazo izquierdo al frente de ella y miró con el mismo enojo a los dos agentes. Las personas de lentes no parecían ni si quiera interesados en su comportamiento.

—¡¿Por qué se la llevaron?! ¿Por qué jodernos la vida aún más? — Violette escupió.

—Señorita Miller, le recordamos que tanto Birkin como usted llevan muestras de un virus importante en su ADN. Es mejor prevalecer su salud y vigilancia.

—Como si les importara nuestra seguridad... — Murmuró y dirigió su mirada al piso. Leon pudo notar como estaba tragando las palabras. Usualmente, ella los hubiera mandado directo al demonio.

Lo que él no sabía es que Violette se estaba conteniendo por él. Por miedo a que le hagan algo.

Sintió como la mano de Leon tomaba la suya y entrelazaba sus dedos. Violette apretó sus labios mientras su mirada pasaba a estar completamente concentrada en él. Sus ojos le miraban como si él fuera lo único que existía en la habitación.

El rubio solo giró su cabeza y en un susurro que solo escucharon ellos dos, le dijo...

—Violette, solo vayámonos de este lugar. Por favor.

El toque cálido de piel con piel llevaba el calor desde su mano al resto de su cuerpo, la sensación electrizante de un escalofrío aterrizando en su columna. Pero no era miedo... No con Leon de la mano.

Era un sentimiento que había estado negando por tanto tiempo que empezaba a asfixiarla.

Caminaron de la mano a lo largo de un gigante pasillo blanco apenas iluminado por débiles lámparas en el techo. Los agentes empezaron a decir algunas "condiciones" para su liberación, entre ellas, un contrato de confidencialidad.

—Sabemos que no dirán nada al respecto, pero... El gobierno de los Estados Unidos estaría mucho más tranquilo si es que prometen no hablar nada acerca de esta reunión. — La otra agente habló con un tono monótono y serio, como si hubiera dicho esa misma frase unas cien veces más.

—Los términos y condiciones están en el contrato. Firmen y serán libres de irse.

—¿Y si no queremos firmar? — Preguntó Violette, su voz con un tono ligero de sarcasmo.

—Tenemos francotiradores junto a múltiples agentes en estas instalaciones y en un rango de diez kilómetros. — La agente respondió con aparente calma, pero era claro que se le agotaba la paciencia. Les pasó el documento a Leon y Violette y dejó dos bolígrafos azules en frente de ambos.

La ojiverde dejó salir un suspiro cansado. Desvió su mirada hacia el papel enfrente de ella y lo firmó. Aventó el bolígrafo hacia las dos agentes y se cruzó de brazos.

Estaba tan cansada.

Mordió su labio para evitar hablar o gritar por toda la frustración que sentía. Un nudo se atoró en su garganta y parecía no querer liberar esta parte de su cuerpo.