La Noche En Raccoon City -Leon Kennedy

6. Odio

Violette Miller.

Flashback.

Me encontraba caminando por los pasillos de Umbrella, un hombre entrevistaría a Anette sobre las becas que la corporación está dando. Aunque, bien sabía que podría preguntar sobre cualquier otra cosa.

Pasé directamente a la oficina de mi jefa, pude observar a través del cristal que tenía el ceño fruncido y el tipo no tardó en levantarse. Al hacer eso, casi tira la silla del escritorio en su huida.

Al salir, casi me tira al piso. Estaba completamente enojado, ya que al chocarse conmigo sus lentes cayeron, aunque le traté de ayudar solo recibí un gruñido como respuesta.

Entre a la oficina y pude detonar todo el estrés en Anette, hace días que se encontraba en ese estado

— ¿Estás bien? —. Pregunté acercándome a ella pasando mi mano por su brazo levemente.

Ella respingó y llevó su mano a su pecho. Sonrió, pero a lenguas se podía ver que era una sonrisa falsa.

— ¡Violette! Niña, casi me matas del susto —. Continuó con su boca arqueada — ¿No deberías estar en el almuerzo? —.

— Ehh, si, pero se me olvidaron unos archivos en el laboratorio y quise pasar a saludar — Dije un tanto seria — ¿Está todo bien? —. Pregunté nuevamente.

— Si si, ve a comer que tenemos una larga tarde por delante —.

Dijo y a un par de empujones de me sacó de la sala con la excusa de que estaba muy ocupada.

Algo malo había pasado y no quería contarme. Un mal presentimiento no tardó en llegar, pero lo dejé de lado. Ellos no podrían traicionarme o mentirme ¿O sí?

Negué con la cabeza mientras sacaba mi celular para realizar una llamada.

***

La ojiverde despertó aturdida, mientras su sueño o recuerdo, se quedaba en su cabeza una y otra vez.

Leon estaba al frente de ella, al fin pudo respirar cuando la chica había abierto sus ojos. Por un momento llegó a pensar que incluso pudo haber estado infectada.

— ¡¿Violette?! ¿Estás bien? —. Dijo tomando su hombro y moviéndolo levemente, trayendo a la chica de nuevo a la conciencia.

— Estoy bien, estoy bien —. Llevó su mano hacia su cabeza mientras la sobaba, ardía y dolía demasiado.

— Eso dijiste hace unos minutos y te desmayaste —. Continuó Leon enojado — Dime que tienes, puedo ayudarte —.

— No creo que puedas ayudarme, Leon —. Bufó y al fin bajó su mano, estaba apoyada en la pared al frente de la celda, la luz que provenía de esta le parecía un poco abrumadora en ese momento.

— Si. Si puedo ayudarte Violette —. Apoyó una de sus manos en su rodilla, miró a la castaña directamente — Pero tengo que saber que te pasa para poder hacerlo —.