Dos Exegols

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La pared frontal asciende, se pierde dentro de una fisura recta en el techo, el corredor se amplia frente a sus ojos y los dos caballeros de Ren avanzan

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La pared frontal asciende, se pierde dentro de una fisura recta en el techo, el corredor se amplia frente a sus ojos y los dos caballeros de Ren avanzan. La punta de sus dedos ,la planta de sus pie y luego los talones. Cada zancada en meticulosa,vigila más que nunca sus movimientos y ni siquiera es a propósito.

En cada intersección, en cada pared que se abre, desplaza o mueve, Devika percibe la presencia próxima,juraría que tenia una respiración helada sobre su nuca,y el constante palpitar de su corazón en vez de confortarla la ahoga,suena atronador en medio de ese silencio irrompible.

En cada vez que el suelo se fragmentó y los pasillos cambiaron como un montón de puzzles ,los dedos de sus manos se curvaron contra las palmas y una corriente le circulo, empeorando la tensión hasta hacerla desesperante.

En uno de esos cambios la pared completa se quitó, el piso se movió flotando contra el vació que se despejo y se acerco hacia la otra sección flotante de suelo. Devika flexiona las piernas instintivamente,ella como sus guías se estremecieron mientras las piezas de metal en la que yacían parados se acoplan al resto.

Todo ahí era  sombrío, desde el piso carbonado a las paredes de un negro desgastado . No era difícil imaginar espectros. Los caballeros continuaron y Devika los siguió. Al pasar el arco recto con punto,el calor y el frió abatieron su piel y se adentraron .Ya estaba cerca.

Sus dedos buscaron los sables y una gota de sudor frío le acaricio el pómulo y se perdió al caer de su barbilla. Ellos estaba totalmente huecos. No había nada, estaban perfectamente vacíos. Y sentir esa falta  le erizaba la piel. Los caballeros en intenso luto se pararon flanqueándola,uno tenia un hacha y el otro un arma muy Convergentiana, un látigo láser. Ambas armas guardadas en sus cintos ,sus guantes negros en las manos a sus costados y los cascos cuyo visor refleja el colorido opuesta de Devika.

La compuerta de oscuro cristal timbro y tembló al abrirse. Devika recorrió con la mirada la gran habitación,mientras más prologara ver a los responsables de tal apatía en la atmósfera ,existían más posibilidades de que reuniera más valor. Iba a necesitar ser inquebrantable.

Arañas se yuxtaponen en el techo, es el candelabro más extraño que ha visto. Alargado de negro metal ,se enreda con los otros y parecen centenares de serpientes sin cabeza apiladas .Emiten destellos sangrientos de luz.

El piso ya no es liso, hay un patrón grabado en las vidriosas y duras baldosas .Seis columnas de rubí resplandecen y tocan el techo con el tragaluz circular que no puede faltar en un diseño tradicional. Devika respira y es absurdo lo que tienen que trabajar sus pulmones para tomar aire. Se adentra ,su atención entera en el trono de los Sith.

Los pliegues de la capaz rozan el suelo, la capucha cubre hasta los ojos. La ropa de combate esta echa de cuero escamoso. Conoce el material, es la piel de un Taergnoel,un animal carnívoro de cuatro patas, garras afiladas  y ojos ambarinos. El felino más grande de Gnesis y el más pesado.

Star Wars : La Jedi GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora