Sabores de helados y nuevo esclavo

430 67 54
                                    

¿Conocen aquella canción de los veintiún pilotos  ㅡYeosang les dice así, por favor no lo juzguenㅡ que dice "ojalá pudiéramos volver el tiempo atrás, a los buenos viejos tiempos"? Bien, pues, el rubio ahora deseaba exactamente lo mismo.

Ah, aquellos buenos viejos tiempos ㅡhace veinte minutosㅡ en donde era feliz, sentado en su habitación, negándose rotundamente a ir al parque con su hermano y amigo.

Deseaba viajar en el tiempo y advertirle a su yo del pasado  que no aceptara porque lo que le esperaba no era bonito, pero no se podía, por lo que solo le quedaba maldecir a Mingi por comprarlo con pollo y a él mismo por ser tan débil ante los encantos del menor y su comida.

Pero, en su defensa, ¿cómo iba a saber que ese maldito poste de luz con complejo de ángel se uniría a ellos?

Exactamente, él solo era una víctima más de este cruel universo que lo odiaba.

Y ahora se encontraba sentado en un columpio, solo, solín, solito; viendo a su estúpido gemelo, al traidor que se hacía llamar su mejor amigo y al falso criminal jugar a dios sabe qué.

Este último de vez en cuendo le regalaba sonrisas y Yeosang nunca, ni en un millón de años, admitiría que su sonrisa le parecía muy bonita.

Pero es que tenía dientes perfectos, ¡por favor!

¡Maldito falso criminal con complejo de ángel gigante y sonrisa perfecta!

Y, hablando de él, ¿cuándo se había sentado en el columpio de al lado? Y, ¿cuándo Mingi y Yuchan desaparecieron?

ㅡ¿Estás bien, Kangie?

ㅡ¿Kangie?

ㅡSí, ya sabes, tu apellido. Dijiste que no querías que te llamara Yeo, Sang, Sangie o Yeosie, hasta que no entremos en confianza, pero no dijiste nada de Kangie.

ㅡEn realidad, eso es inteligente de tu parte ㅡconfesó, empezando a columpiarse de a pocoㅡ. ¿Dónde se fueron mis tontos?

ㅡA comprar helado ㅡhabló el alto, imitando sus accionesㅡ. ¿Ya somos amigos?

ㅡNo.

ㅡ¡Pero Yeosang! ㅡse quejó con un pucheroㅡ ¡Quiero ser tu amigo!

ㅡPues, sigue queriendo.

ㅡ¿Qué tengo que hacer para que lo seamos?

El menor solo se encogió de hombros y vió cómo los dos tontos traidores se acercaban a ellos con helados. Algo que le llamó la atención fue que habían dos helados del mismo sabor, y que el dueño de uno de esos era el poste de luz a su izquierda.

Maldita sea, es bueno en todo. ¡Me cae mal!

ㅡNo puedo creer que a ambos les guste el chocolate blanco ㅡdijo Mingi, con una mueca.

ㅡEl chocolate blanco es superior. Tú no tienes derechos, a tí te gusta el de limón ㅡse defendió el rubio comiendo su helado, haciendo que Yunho y Yuchan rieran y que el menor de todos  le sacara la lenguaㅡ. Tú tampoco tienes derechos, señor pasta de dientes sabor chocolate.

ㅡ¡Respeta al amor de mi vida!

ㅡPensé que esa era Jeon Jiwoo.

ㅡElla y la menta con chocolate lo son.

Yeosang le sacó la lengua y volvió al columpio, junto a Yunho, mientras los otros dos se sentaban en el piso y hablaban de sus top cinco sabores de helado.

El de Mingi consistía en limón, chocolate, granizado, crema del cielo y frutilla. Yuchan compartía el granizado y frutilla, agregando también el chocolate con menta, vainilla y oreo.

En cuanto a los dos restantes, tenían casi el mismo top: chocolate blanco, tiramisú, flan y crema americana. La única diferencia era que Yunho prefería el café y Yeosang el chocolate almendrado.

A estas alturas el rubio estaba convencido de que Yunho era un ser de otro planeta, porque no había forma de que coincidieran en tantas cosas.

Era sencillamente increíble.

Mientras los tres chicos tenían una conversación amena sobre algo nada interesante, el rubio dirigió su vista hacia su izquierda y se encontró con los ojitos gigantes de Yunho.

ㅡ¿Qué me miras, baboso? ㅡpreguntó frunciendo su labio, haciéndole ver como un bebé.

Un bebé testarudo, desconfiado y amargado.

ㅡTienes sucia la cara.

ㅡQue te valga.

Yunho bufó y le limpió la cara con la manga de su camisa, haciendo que el menor se sonrojara solo un poco.

ㅡListo.

ㅡTonto ㅡle sacó la lengua y se metió en la absurda pelea que sus tontos tenían, entre tanto, el más alto lo miraba con una estúpida sonrisita satisfecha.
 
Después de lo que parecieron horas, Yeosang se levantó de donde estaba, tomó la mano de Mingi y, con la excusa de que tenían que estudiar, lo llevó a rastras a su casa, ignorando las quejas del menor.

Yuchan rodó los ojos, diciéndoles que le guardaran comida y Yunho solo se despidió agitando su mano. Cuando llegaron, el rubio se tiró al suelo. No lo culpen, socializar le cansaba.

Suspiró y vió a Mingi, que lo miraba con una ceja alzada, pidiendo explicaciones que nunca llegaron pues, aparentemente el techo era muchísimo más importante.

El menor suspiró y se tiró en la cama.

ㅡMe aburro.

ㅡ¿Desde cuándo soy tu payaso? ㅡhabló Yeosang, dirigiendo sus ojos en donde se encontraba su amigo.

ㅡNo me refería a eso, imbécil.

ㅡ¿No te enseñaron a respetar a tus mayores, mocoso? ㅡdijo molesto.

ㅡSí, pero me incomoda decirte hyung... eres pequeño.

ㅡNo soy pequeño, tú eres gigante ㅡse encogió de hombros, sentándose.

ㅡ¿Cocinamos algo?

Yeosang lo miró con una mueca. No se les daba bien cocinar, la última vez que hicieron pijamada en la casa del menor, trataron de hacer su desayuno y eso no terminó muy bonito.

Verán, Mingi tuvo la brillante idea de hacer waffles con el cereal con chocolate y Yeosang no se negó a aquello porque parecía buena idea y, además, ¿qué podría salir mal?

Y bueno, pues, la sartén se quemó, la cocina se llenó de humo y la "mezcla" se convirtió en un engrudo que usaron como pegamento porque, según Mingi "¡En esta casa no se desperdicia nada!"

Lo peor de todo fue  que el papá del castaño los hizo comprar una nueva sartén y les prohibió acercarse a la cocina cuando él no estuviera.

ㅡMejor juguemos algún juego.

El menor estuvo de acuerdo con eso, por lo que ambos conectaron la play y jugaron por horas y horas, entre burlas, golpes y grititos.

Decidieron que el que perdía debía ser el esclavo personal del otro por un mes, y como Mingi tenía dignidad y una mente a veces malvada, decidió que él no perdería, por lo que, cuando vió a su amigo confiado, habló tranquilamente.

ㅡPor cierto, Yunho me dijo que le parecías muy lindo ㅡdijo, subiendo y bajando sus cejas, causando que Yeosang detuviera sus movimientos y lo mirara con sus ojos grandes.

ㅡ¡¿Qué!? ㅡgritó, al mismo tiempo que el más alto asesinaba al personaje de su amigo, convirtiéndose así en el ganador.

ㅡQue ahora te diré esclavo ㅡsonrió tiernamente a la vez que Yeosang lo empezaba a insultar en todos los idiomas que conocía.

Lovely; 『ʏᴜɴꜱᴀɴɢ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora