Potencial secuestrador y casi muertes

558 77 22
                                    

Cuando llegaron por fin a su destino, Yeosang prácticamente corrió hasta donde su madre estaba para reclamarle por haberlo abandonado con su hermano con complejo de Kylie Jenner, dejando así atrás a los dos chicos.

Iba a contarle que Yuchan había traído a un fulano de la calle, pero en ese momento escuchó el grito de algún familiar. Se giró para ver qué había pasado, sintiendo cómo su ojo empezaba a tener un especie de tic.

ㅡTiene que ser una jodidamente maldita broma ㅡhabló, mientras miraba cómo el fulano que respondía al nombre de Yunho saludaba a sus familiares como si fuera parte de ese círculo, abrazando a todos y elevando en sus brazos a los escuincles de sus primos y sobrinos.

Parecía que él era uno de los parientes y que Yeosang era el desconocido.

Igual no se quejaba.

Se sentó junto a su madre y aprovechando que todos se levantaron para saludar al edificio andante, empezó a comer; después de todo, solo por eso aceptó el aparecer en esa celebración.

ㅡ¡Mamá! ¿Puedo ir a la casa de Yunho? ㅡYuchan habló acercándose a su progenitora, poniéndo su mejor cara de cachorro abandonado bajo la lluvia en una cajita ㅡ ¡Por favor!

La mujer pensó un poco y luego vio a su hijo menor, que se llevaba un sándwich a su boca.

ㅡDe acuerdo, pero ve con Yeosang.

Y eso bastó para que el mencionado se atorara con la comida, provocando que empezara a toser descontroladamente con lágrimas en los ojos.

Su madre le dio golpecitos en su espalda al mismo tiempo que tomaba el agua que su hermano le pasaba.

ㅡ¿Qué? ㅡhabló cuando ya cesó su casi muerte.

Rogaba haber escuchado mal, algo así como algún efecto colateral por escuchar música al máximo mientras usaba auriculares.

ㅡ¿Por qué quieres que vaya Yeo? ㅡpreguntó por su hermano el Kang mayor, confundido.

ㅡSí... ¿Por qué quieres que vaya yo?

ㅡAmor, te vendría bien socializar. Además, Yunho se ve muy encantador ㅡdijo sin más la mujer, dándole una pequeña sonrisa.

Yuchan se encogió de hombros y fue con Yunho, que se encontraba jugando con su sobrina. Entre tanto, Yeosang intentaba lograr que su madre cambiara de idea, haciendo un puchero mientras le explicaba por qué no debería ir a la casa de ese potencial secuestrador.

Sin embargo, Younha negó y señaló la entrada. Yeosang bufó, guardando un plato lleno de comida en su mochila discretamente, se levantó, dándole una mirada de indignación a la mujer de su lado, recibiendo un beso en la frente como respuesta.

Se cruzó de brazos y caminó dando zancadas hasta donde los dos chicos se encontraban, charlando alegremente hasta que notaron la presencia del rubio.

ㅡCambia la cara, Yeo. Te salvamos de pasar la tarde con la familia ㅡle abrazó por los hombros su hermano, comenzando a caminar, saliendo de la casa, junto a Yunho.

ㅡ¿Yeosang-ah, estás bien? ㅡel nombrado le dirigió una mirada de ojos entrecerrados. Este lo miraba con una mezcla de preocupación, confusión y ¿eso era gracia?

¡No en su guardia!

ㅡ¿Cómo era que te llamabas?

ㅡ¡Yeosang! ㅡsu hermano le regañó.

ㅡ¿Ya llegamos? Mi comida se está calentando ㅡpronunció, ignorando la pregunta del fulano llamado Yunho.

ㅡOh, sí, es la del frente ㅡseñaló una casa bonita.

Demasiado bonita.

¿Saben quiénes tienen una casa bonita?

Exacto, algunos secuestradores, y algunos miembros de la mafia.

El pelinaranja abrió la puerta y les dejó lugar para que entraran; uno sonriendo y otro abrazando su mochila y viendo el número de la casa... por si tendría que llamar a la policía por intento de homicidio.

Uno nunca sabe.

Yunho les dijo que iría por jugo y galletas, y que se adelantaran a subir a su habitación. Entre quejas y un intento fallido para quedarse en la sala, Yeosang fue prácticamente arrastrado hacia el lugar por su hermano, quien al abrir la puerta, sonrió.

La habitación estaba totalmente ordenada. Las paredes estaban pintadas de un beige, con fotos y pósters en ellas, la cama, que se veía suavecita, se encontraba perfectamente estirada, con un pequeño osito de peluche encima. La mesa, en donde la laptop del dueño de casa descansaba, estaba acomodada con pequeñas cajitas del mismo color que las paredes al rededor, permitiendo así que todo esté en su lugar.

ㅡCielos, es más ordenado que mamá.

ㅡSigno inequívoco de que oculta algo ㅡhabló el menor, sentándose en el piso y sacando el almuerzo de su mochila y llevándose una rebanada de sándwich de pollo a su boca, mientras analizaba toda la habitación.

ㅡYeosang, ya superalo. Yunho no intenta matarnos, es un buen chico ㅡse sentó junto a él ㅡ. Deberías dejar de ver esos documentales criminales, te vuelves paranoico.

El menor le sacó la lengua y siguió "almorzando", escuchando cómo su hermano le contaba lo que había soñado. La verdad no le interesaba, pero no tenía ganas de escucharlo quejarse porque "hijo de mi poderosísima mami, escúchame o le cuento a Mingi que te gustaba".

Chantajeado por su propio hermano. Maldecía el día en que decidió que contarle eso sería buena idea; desde entonces el mayor lo amenzaba con contarle a Song cada vez que le pedía algo.

Es decir, ya no sentía nada más que cariño fraternal por él, pero sabía que si el menor se enteraba de eso, lo molestaría por el resto de su vida.

Y para eso ya estaba Yuchan.

Vio la puerta abrirse, dando lugar a un Yunho con una bandeja en sus manos, donde tres vasos con lo que parecía ser jugo de naranja y un paquete de galletas yacían.

El más alto de los tres dejó la bandeja en su mesa de luz y, abriendo las galletas, se sentó junto a Yeosang, que lo miró con desconfianza, y cuando el mayor de los dos le sonrió, el rubio bufó.

Demasiado bonito para ser buenito.

ㅡ¿Quieres galletas? ㅡle ofreció, mirándolo cálidamente.

ㅡComelas primero tú ㅡrespondió a la defensiva, mientras su hermano se golpeaba la frente.

ㅡNo están envenenadas, Yeosang. Abrí el paquete frente a tus ojitos ㅡrió y pudo jurar que nunca había escuchado una risa tan... tan... no sabía cómo describirla.

¿No tan desagradable?

Tal vez.

Se cruzó de brazos y lo miró fijamente, logrando intimidarlo un poco.

ㅡCuando parpadeé pudiste ponerle algo.

ㅡ¡Oh, por dios! ㅡdijo frustrado su hermano y agarró una galleta para meterla en la boca del rubio, haciéndolo masticar y obligándolo a tragar, causando que volviera a atragantarse.

Yunho le pasó el vaso de jugo para que lo tomara, cosa que aceptó sin quejas y, después de algunos segundos, pudo respirar.

ㅡGra... ㅡlo miró fijamente ㅡ... cias, supongo.

ㅡNo hay de qué ㅡsonrió ㅡ¿te encuentras bien? ㅡle puso una mano en el hombro.

Yeosang asintió y luego ambos escucharon las fuertes carcajadas del castaño, que ahora estaba tirado en el piso, agarrando su estómago.

El rubio respiró profundamente a la vez que le entregaba a Yunho el vaso y se acercaba lentamente a su hermano, bajo la atenta y confusa mirada del pelinaranja.

Y entonces ¡Bam! Yeosang empezó a golpear a su gemelo con el almohadón que minutos antes se encontraba bajo el trasero del susodicho.

Yeosang insultaba mientras seguía lanzando golpes, Yuchan reía aún más fuerte y Yunho... él solo los miraba divertido.

Todo normal, por suerte.

Lovely; 『ʏᴜɴꜱᴀɴɢ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora