Cosas cursis y cretinos que se ven inocentes

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Tocó la puerta tres veces y entró cuando escuchó un sonido de aprobación, encontrándose con el rubio que ocupaba todos sus pensamientos tirado en su cama, de costado, probablemente viendo videos. Se sentó a la orilla del colchón, provocando que el menor girara y lo mirara entre confundido y molesto.

ㅡ¡¿Qué haces aquí?! ¡Deberías de estar haciendo reposo, gran baboso! ㅡle dio un golpe con su conejito de peluche, recibiendo un gimoteo de parte del alto, quien se sobó la zona herida y lo miró con un pucheroㅡ. ¡Oh, no! ¡Eso si que no! ¡No me vas a comprar con eso hoy!

ㅡKangie~ ㅡse acercó a él, con ojitos de perrito triste. No obstante, el aludido siguió con su seria expresión, por lo que Yunho volvió a acercarseㅡ. Wooyoung me sacó de mi casa, y luego me sentí solo así que pensé en venir para pasar un rato contigo y Chan.

El menor relajó su semblante, sin embargo, sus brazos cruzados seguían iguales. No iba a mentir, sentía unas fuertes ganas de acariciar su cabeza ¡pero él es fuerte! No caería en la tentación, y menos si la tentación tenía como nombre Jeong Yunho.

Se suponía que el mencionado se estaba recuperando de la gripe que lo (los) mantuvo en cama por dos jodidos días  seguidos, aunque realmente no fueron tan jodidos, de hecho, fueron maravillosos. Pero como sea, aún estaba con un poco de gripe, y él recordaba muy bien haberle prohibido salir de la casa; sin embargo, ahí estaba, en su casa. Empezaba a pensar que su edificio era masoquista, lo presentía. De todos modos, sabía que probablemente no le gustaba quedarse en su solitaria casa, y una parte de él podía empatizar con el chico; pero la otra parte, la que lo hacía parecerse a su madre ㅡmenos histérico y más gruñónㅡ, solo quería tirarlo a la cama y arroparlo y, cuando estuviera dormido, acostarse junto a él y llenar su bonita carita de...

¡Solo arroparlo! Estúpido cerebro gay.

Vio al mayor a pocos centímetros de él y, aunque le haya quemado la parte más profunda de su pecho, tomó distancia, pegándose a la pared y aclarandose la garganta. Signo inequívoco de que estaba demasiado, muy, nervioso. Pero, por favor, ¿pueden culparlo? Tenía a un maldito bebé ángel gigante a centímetros de su cuerpo, ¿ustedes cómo reaccionarían?

ㅡDeja de mirarme así ㅡmurmuró viendo al animal entre sus manosㅡ. Te salvaste solo porque estaba aburrido y no sé dónde mierda está mi hermano.

El mayor hizo un pequeño bailecito de victoria, sentado, y causando en el contrario una tierna risita que no pasó desapercibido por el primer nombrado. Había decidido que sus dos sonidos favoritos eran la voz y risa de Yeosang, y es que el chico tenía una voz gruesa que hacía contraste con su apariencia. Era condenadamente embelesadora, fascinante y hasta adictiva. Demasiado, en su humilde opinión de zopenco flechado.

ㅡ¿Sabes? Tu risa es muy bonita ㅡle sonrió, a la vez que Yeosang se cubría la cara con la almohada y soltaba un grito ahogadoㅡ. ¿Estás bien?

El más bajo no dijo nada por, tal vez, un minuto. No sabía qué decir, Yunho a veces decía cosas tan cursis y tiernas, y él definitivamente no estaba acostumbrado a eso. Era una experiencia nueva y extraña para su persona, porque, incluso cuando ya había tenido parejas, ninguna de ellas lo trató como lo hacía el mayor. Por dios, ¡ni siquiera sus amigos le decían cosas cursis! La única vez que lo hicieron, fue en navidad, con varios grados de alcohol en su sistema, y ni siquiera fue cursi, porque en medio de la conversación Sihyeon vomitó los zapatos de Mingi y este la persiguió por toda la casa, por lo que ni siquiera habían terminado lo que estaban por decir. Pero ¿Yunho? Podría apostar que incluso ebrio, le diría algo lindo ㅡy estúpidoㅡ.

Oh, Yunho  ebrio... eso sonaba adorable, y la imagen mental era la mejor que había tenido nunca. Sin dudas.

Soltó un largo suspiro y, una vez estuvo seguro que todo rastro de calor se haya ido de su preciosa cara, se sacó la almohada de encima y miró fijamente al chico, que ahora estaba mirando un punto fijo en la pared. Parecía que se estaba debatiendo en algo, porque su ceño estaba fruncido y sus labios formaban un tonto y tierno puchero.

Lovely; 『ʏᴜɴꜱᴀɴɢ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora