Hyung

404 67 13
                                    

Yeosang cerró su libro frustrado y, cuando estaba a punto de tirarlo por la ventana, un grito de su madre llegó a sus oídos, causando que rodara los ojos y se levantara del piso, dirigiéndose a la primera planta. Al llegar, levantó una ceja al ver a Yunho parado en el umbral de la puerta. Este le sonrió, y el rubio entrecerró sus ojos a la vez que se dirigía a su progenitora, que recogía las llaves del auto y su bolso.

ㅡ¿A dónde vas? ㅡhabló el menor, quedando en el primer escalón mientras cruzaba sus brazos.

ㅡ¿Te recuerdo quién es la ley aquí? ㅡdijo la mujer, imitando la acción de su hijo y haciendo que el invitado los viera divertido.

ㅡNos levantamos bravas ㅡla mujer dio un paso y el rubio, instintivamente corrió tras Yunho, usándolo como escudoㅡ. ¡Broma! No hay necesidad de ponerse violentos.

La mujer lo miró con una sonrisa de superioridad, a lo que el menor rodó los ojos.

ㅡBien, como decía, Yuchan se quedará a dormir con Byeongkwan hoy, y yo volveré no tan tarde. Te dejé dinero para que compres comida ㅡacarició el cabello de ambos chicos y, antes de salir por la puerta, volvió a hablar, dirigiéndose a Yunhoㅡ. Siéntete en casa, Yunho.

Y dicho eso, salió, dejando a los chicos solos en un silencio que, por primera vez, el menor se dignó a romper.

ㅡ¿Quién te invitó? ㅡvolvió a cruzar sus brazos como hace pocos minutos, alejándose del ahora rubio, para mirarlo serio.

ㅡEs una visita sorpresa... ¡Sorpresa! ㅡel mayor levantó sus brazos y, al ver que Yeosang no cambiaba su semblante, los bajó haciendo su típico pucheroㅡ. Bien, no es cierto. Traje a Yojeong a quedarse con mi abuela unos días, y resulta que vive cerca de aquí, así que pensé en venir a hacerte compañía.

El rubio lo miró unos segundos que para Yunho fueron eternos, y luego se encogió de hombros, decidido a volver a su cueva. Al llegar al segundo piso, vio que el mayor seguía en el mismo lugar y suspiró.

ㅡNo muerdo, Yun ㅡel nombrado lo miró sorprendido y entonces el rubio se dio cuenta de sus palabrasㅡ. Quiero decir, baboso. Ven, me estoy asando aquí.

Esperó a que su invitado estuviera junto a él y, una vez lo hizo, empezaron a caminar hacia la habitación. Al entrar, Yunho abrió su boquita, sorprendido, mirando cada detalle de la habitación.

Las paredes estaban pintadas de un color escarcha otoñal, decorados con algunos cuadros y pósters de bandas famosas. El escritorio, al igual que la cama, se encontraban desordenados. Supuso que el anfitrión había estado haciendo su tarea y no tuvo tiempo de estirar su cama, cosa que confirmó al ver el libro de matemática tirado en el piso.

Dirigió su mirada a la pequeña biblioteca con cuatro estantes y dos cajoneras que se encontraban pegados a la pared. Se sorprendió al ver que dos de aquellos espacios estaban totalmente ocupados por animales de felpa. Ni siquiera sabía que el rubio tenía una leve obsesión por ellos.

Una tierna imagen del menor durmiendo abrazado a alguno de ellos llegó a su cabeza y sonrió.

ㅡTe diría que lamento el desorden, pero realmente no lo hago ㅡse encogió de hombros y se sentó en el escritorio, aunque la silla estuviera justo ahí. Yunho rió y se sentó en la cama, apoyándose sobre sus manos, ganándose una mirada de Yeosang que no supo distinguir.

ㅡ¿Qué sucede? ㅡpreguntó inocente, a lo que el rubio bufó.

ㅡNada.

Y volvieron a quedarse en otro silencio, mirándose, sin parpadear, como se había vuelto costumbre sin darse cuenta. Era una especie de juego que se había creado sin intenciones, en donde el que parpadeaba primero debía hacer todo lo que el otro diga por un día.

Lovely; 『ʏᴜɴꜱᴀɴɢ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora