Habían pasado cuatro días desde que estoy en el hospital, las heridas que me había producido Celeste fueron muy agresivas e inclusive un periodista había venido a hacer preguntas sobre lo que pasó.
Justamente hoy por fin podía ir a casa, porque sí; Ian ya estaba ahí pero de todas formas quería verlo y pedirle perdón por Celeste.Solo ví a Nicholás la vez que desperté y de ahí ya no más; por una parte me sentía triste y por la otra sentía que era lo mejor, que Celeste tenía razón sobre mí.
No soy una hermosa chica, y para ser sincera no me veo al nivel de Nicholás; otra chica debe estar a su lado.
Supongo que lo mejor para los dos sea que nos alejemos lo más posible, convenceré a mis padres para mudarme con mi tía Lourdes en Toronto, estudiaré y trabajaré en una Oficina o tal vez abra un restaurante para después conocer a alguien especial, casarnos y tener dos hijos.
Lo olvidaré.. Es mejor.
Mi madre entró de repente a mi habitación y la recibí con una sonrisa.
—Avery linda ¿como estás? — preguntó.
—Estoy bien.
— Te ayudaré a vestir.
Ambas fuimos hacia el baño y cuidadosamente cambiamos la bata del hospital por una ropa ligera.
Después de agradecer a las enfermeras con cuidarme, lentamente caminamos hacia la salida donde papá esperaba en el auto.—Me alegra que estés mejorada hija— dijo papá una vez que subimos.
—Gracias papá— dije secamente sin pensar.
No me sentía bien hablando como si nada, lo de Celeste me causó daños; sabía que necesitaba ayuda pero ahora lo que más quería era estar sola.
Necesitaba pensar todo.
Cuando llegamos a casa lo primero que hice fue ir lentamente,ya que aún no me recuperaba del todo al cuarto de Ian; quería verlo.
No toque su puerta solo la abrí sin más; Ian estaba recostado sobre su cama y a un lado de el estaba un tazón de uvas.
El me miro por un momento y sonrió.Se que no debería ponerme delicada, y que también soy consciente de que Celeste no se sobrepasó con mi hermano; pero no pude evitar soltar unas cuantas lágrimas al verlo ahí como siempre mostrando esa sonrisa que a veces me sacaba de quicio.
—Enana..— dice y palmea a un lado de su cama invitando a sentarme.
—Ian perdón no creía que.. — me interrumpió.
—Avery tranquila— acaricia mi mejilla— se que no fue tu culpa todo ésto así que no te sientas así, no pidas perdón.
—Si yo hubiera hecho saber la actitud de Celeste ninguno de los dos estaríamos así...
—Pero ya pasó esto Avery, no puedes arreglarlo; de alguna forma me puse en tus zapatos y traté de comprenderte.— le miré atenta— sé que nunca tuviste novio, tu crush siempre fue Nicholás y ahora que se conocieron te veía de alguna forma felíz.
—Ian..
—Ese chico vino hace unos días y lo obligue a contarme todo— me miro serio— el de verdad te ama Avery.
Bajé la mirada.
—Y tu también Avery...
No dije nada, ni siquiera tenía pensado hacerlo cuando Ian me mostró una carta.
—El cursi lo dejó para tí.
La tomé y el nombre de Nicholás estaba escrito en ella.
¿Que dirá?
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Detrás de tu Sombra ©
Teen FictionJamás me enamoré, jamás experimente ese sentimiento que llaman AMOR, hasta que lo conocí a él. Su sonrisa tan hechizante, su mirada azul tan soñadora era tan admirada. Su personalidad tan ligera y humilde me hizo enamorarme más de él, así que lo d...