La cámara enfoca a un niño y una niña corriendo sobre césped verde con sus piesitos descalzos, jugando a algún juego que incluye perseguirse el uno al otro mientras gruñidos infantiles inundan el claro. Uno de los pequeños, Noah, evita pisar la manta colocada a unos centímetros de él cuando se acerca demasiado, y la otra hace lo mismo. Se ríen un rato y siguen.
A la lejanía, se ven árboles altos, el sol de verano iluminando sus frondosas copas y calentando a las aves que se alojan en ellas.
El crujido de una puerta de madera se mezcla con la paz del ambiente. La imagen se desenfoca, el camarógrafo girando para apuntar hacia la persona causante de ese ruido.
Stiles aguanta la puerta con una mano, y la otra se mueve en movimientos fluidos a la par que una canasta y muchas bebidas pasan por ella haciendo una especie de danza en el aire. —Han sido literalmente años desde la última vez que vi a esa cosa.
Derek resopla con falsa molestia, devolviéndole la sonrisa socarrona a su pareja. —Esa "cosa" se llama cámara. Pensaba que eras el más listo de tu clase.
—Esto es maltrato psicológico.— Hace un puchero, dejando las cosas que llevaba flotando en el aire. De fondo, se escuchan las risas y gritos emocionados de los niños jugando. —No, no. ¡Es homofobia!
—Stiles, estamos casados.
—¿Y crees que eso te da derecho a ser homofóbico?— Stiles lo reta, alzando una ceja y regresando a poner el mínimo porcentaje de su concentración en llevar su pequeño equipaje sobre la manta en el césped.
Sus ojos claros observan al humano apoyar su peso de un pie a otro. La camiseta que lleva, una henley perteneciente a Derek, se arruga levemente acorde a sus movimientos. —Tienes razón. Perdóname.
Stiles sujeta su mentón y mira hacia el cielo, pretendiendo pensar. —Mm. Solo si llevas a los niños a tener una pijamada esta noche en casa de mis sobrinos.
—Dalo por hecho,— asiente Derek sin titubear.
El castaño deposita la canasta y las botellas en la manta, y le dedica a su esposo una mirada especial.
Cuando finalmente están listos para acomodar las cosas sobre la tela, Derek y Stiles ya sentados sobre ella, una vocecita los distrae.
—¡Papá! ¡Papá!— llama algo agitado, pero eso seguramente es por el largo tiempo que ha pasado correteando de un lugar a otro. Noah llega hasta los brazos de su progenitor parcialmente transformado, sonriendo ampliamente para mostrarle sus colmillos a la cámara. —Soy vampiro.
—Hola vampiro, soy papá.
Stiles intenta callar la carcajada que amenaza con escapar de su boca. Solo intenta, porque no lo logra.
—¿Y Emma? ¿Dónde está?— el hombre lobo pregunta de repente.
—¡Aquí!
Una niña es enfocada por la cámara. Sus dos colitas de cabello azabache están disparejas y a su sonrisa le falta un diente.
El humano abre los brazos hacia Emma y ella salta hacia ellos, dejando que Stiles la levante. —Hola, preciosa. Qué lindo vestido traes.
A estas alturas, el vestido blanco de flores azules está algo manchado con tierra.
—¡Tú lo escogiste para mí!
—Pues tengo muy buen gusto.
Sin previo aviso, la cámara pierde enfoque y la imagen se oscurece de a pocos. Finalmente, se apaga.
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—Ah. Me preguntaba cuándo pasaría eso. Creo que esas baterías son más viejas que yo,— dice Stiles, depositando con cuidado a Emma en el suelo y dejándola libre para jugar con Noah, que ahora trata de perseguir a un pobre pájaro que cometió el grave error de aterrizar sobre el césped y no en un árbol, en donde cachorros de hombre lobo no pueden atraparlo. —Vamos.
Los rayos de sol iluminan el rostro de su esposo, y la leve brisa desordena sus cabellos castaños. Derek inmediatamente se olvida de su cámara, desempacando la comida que ambos habían preparado juntos para esa tarde.
—Derek,— dice Stiles, más tarde, apoyado sobre el hombro del lobo y dejando que éste abrace su cintura. Los niños, incansables, siguen correteando por todos lados. En un rato, los llamarán para comer.
Derek deja caer suavemente su cabeza sobre la de su pareja, no sin antes obsequiarle un pequeño beso en la frente. —¿Mm?
Las palabras de Stiles demoran unos segundos en llegar, y pregunta con una voz más tranquila. —¿Crees que el bebé sea tan enérgico como esos dos?
—¿Qué be...?— Al hombre lobo se calla mientras cae en cuenta de lo que Stiles acaba de decir. Sus ojos se abren en sorpresa y miran del vientre de su esposo a los orbes miel que ahora brillan tan esperanzados como la primera vez. —¿Estás...?
Stiles solo levanta el celular en su mano, una perpetua sonrisa plasmada en sus facciones. —Melissa me lo confirmó hace un rato.
Derek hunde su nariz en el cuello de Stiles, oliendo ozono, libros viejos, canela y una dulce fragancia nueva que parece perderse con el olor natural de su esposo. Escucha las voces de sus hijos gritando y riendo en la distancia.
—Te amo,— dice.
—Lo sé, yo también me amo.
Derek no puede pensar en otra persona con la que le gustaría pasar el resto de su vida.
N/A✿ Acabo de recordar que Derek tenía familia. F por Peter y Cora, deben estar vacacionando por ahí xd.
¿Que con quién se reprodujo Scott? No c, yo voto por Scisaac (cómo, no tengo idea), aunque se lo dejo a fantasías de cada quien uwu.
Tampoco se me ocurrió cómo Emma y Noah deberían llamar a Stiles. También se los dejo a ustedes jsjs.
¿Y Braeden? Pos siguió con su vida y Sterek nunca más la volvió a mencionar (tal vez hayan hablado sobre eso en algún momento, pero es que no encontraba excusa para que grabaran esa discusión, se me hacía raro :s).
¡Y se acabó! (Eso me dolió decirlo ;--;) Muuuuchas gracias por todo su apoyo, por los votos, los comentarios y las leídas, espero que les haya gustado leer tanto como a mí escribir este fic que pretende ser puro fluff xd. Nos leemos en otra historia :D <3.
PD: Aún sigo teniendo la esperanza de algún día hacer una portada decente òwó)9.
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REC | Sterek
ContoA Derek le gusta grabar los momentos que tiene con Stiles. *Mpreg. *Contiene spoilers sobre algunos sucesos de la serie.