No me olvides amor [Parte 2, ACTUALIZANDO]

Scars once bled

El dulce aroma que el verano arrastraba y las más delicadas flores mostraba, se podían oler desde su pelo, Deidara, aquel que una vez fue capaz de ser el único en tu corazón, aquel que una vez pudo robarte el aliento.

Aunque lo negases, podías oír el frenético latido de tu corazón, al verlo otra vez, enfrente de ti, con la sonrisa que tantas memorias enjauladas liberaba.

— "Estoy bien, no te preocupes..." sin saber dónde mirar aparte de sus rosados labios, con un tosido un poco incómodo, conseguiste mirarle directamente. "¿Qué haces aquí...? Me refiero a que generalmente no sueles andar por esta zona-" Mejor si no hubieses empezado así no sería tan difícil pronunciar palabra.

— "No exactamente querida, expandimos terreno. Bueno, seguro el idiota de Sasori ni te comentó. No me extraña, no sabe apreciar el arte, menos entablar conversa." Dijo Deidara, aún más feliz de que su compañero no podía discutir, así teniendo la razón absoluta sin nadie que le dirigiese la contraria.
"Aunque... si tanto me odiabas, ¿Cómo es que hace unos momentos te tenía sostenida en mis brazos?" No pudo evitar y mostrar una sonrisa con un significado no demasiado puro, era alguien que tontear, le venía de fábrica.

— "Dei." Con una sola mirada significativa, se le fue todo rastro de flirteo. Su mirada volvió a ser la fría de alguien profesional.
"Nunca debí ir a Konoha, fue algo que nunca me lo perdonaré. Cuando me despedí, sólo pensaba conmigo misma, y sé que es algo egoi-" Con un sólo gesto, el chico rubio silenció tus palabras, siempre entendió tus motivos, no necesitaba explicaciones de tus acciones, más le era suficiente ver tus ojos para comprender. Lo que él no sabía, es que tú también aprendiste el arte del engaño. No sólo dos saben jugar a las mentiras.

— "Aunque dolió que te fueses sin casi despedirte y fue algo que incluso aún no comprendo, siempre creo y creeré en ti. Por muy cliché que suene, siempre me tienes." Con ambos brazos en tu cintura y su barbilla apollada en tu clavícula, dijo lo siguiente "Sé que saliste con el impostor del sharingan sólo para poder protegerte a ti misma, no te culparé." Besó tu cuello gentilmente y sonrió.

— "Siempre me gustó que furas tan perspicaz, se nota que no cambiaste." Sonreíste intentando sólo pensar en las memorias que viviste con Akatsuki, con Deidara, esos días dónde en el aire sólo olías sangre y temor. No podías dejar que Kakashi tomase el control de tu mente, o podías morir ahí mismo. Deidara te seguía amando, se notaba, pero la traición al grupo, suponía una mayor desgracia la segunda vez.