(Para disfrutar mejor reproducir Save Your Tears - The Weeknd)
***
Chloe Davis-Llegamos- digo mientras quito el cinturón de seguridad y apago el cigarrillo.
-Wow- dice Dylan.
-¿Nunca has venido a una?- pregunta Adán a Dylan.
-No.
Sonrío y bajo del auto. Los chicos hacen lo mismo y nos adentramos a la disco. Está llena. Hay gente bailando por doquier, la barra está llena igual que la pista.
-Bien, a divertirnos- digo tomando las manos de ambos llevándolos a la ola de gente, cruzando para llegar a la barra.
-Hola, ¿Qué les doy?
-Yo quiero vodka, ¿Ustedes chicos?- miro a ambos.
-Yo tambien- dice Adán.
-Yo whisky- termina Dylan.
El hombre se gira y nos sirve. Cada quien toma lo suyo de una y yo pido otro. Me lo sirve y me lo tomo. Rápidamente siento el alcohol correr por mi ser, alimentando mi energía.
-Bien chicos, a lo que venimos- los tomo y los llevo a la pista de baile. Está una canción que desconozco pero era movida, sabía que era nueva, pero olvidé el nombre. Creo es the weeknd. Comienzo a bailar, mientras Adán rápidamente toma el ritmo y me sigue. Dylan nos mira unos segundos y comienza a moverse.
Los tres bailabamos, pegados. Adán atrás mío y Dylan delante. Siento las manos de Adán rodear mi cintura, acercándome a él. Mientras yo con mis brazos rodeo el cuello de Dylan.
Así pasaron las horas. Bailando y bebiendo.
En un momento, me escapé de ellos y me acerqué a un chico. Ya lo había visto otras veces que he venido. Me acerco a él.
-Hola!- digo y me mira y sonríe.
-Hola linda, hace tiempo no te veía acá.
-Lo sé, pero ya estoy de vuelta. ¿Aún tienes?
-Pense que ya no lo hacías.
-Lo deje, pero, no sé, siento que necesito algo más.
-Confiaré en tí.
Me lo dá y le doy los billetes. Me regreso con Adán y Dylan, que ahora conversan y toman. Creo que nos estamos relacionando bien, y es de eso que no nos conocemos del todo.
-Hola chicos- digo acercándome. Rodeo con un brazo los hombros de Dylan, ya que ambos están sentados y yo parada, así que quedan casi de mi tamaño.
-Llegó nuestra chica favorita- contesta Adán sonriendo.
Siento la mano de Dylan pasar por mi espalda, bajar y rozar mi trasero. Doy un pequeño brinco cuando lo aprieta y lo volteo a ver.
-¡Dylan!- dijo en un grito pero susurro.
Me mira y da otro.
-¿Qué? No te puedes quejar.
-¿A no?- digo acercándome a él, miro de reojo y Adán está hablando con una chica. Perfecto.
-No, reina- me besa unos segundos y se separa, me mira.
Joder, no aguanto más. Lo vuelvo a besar con más urgencia y el vuelve a tocar mi trasero.
Me separo rápidamente y lo tomo de la mano y lo llevo a la pista.
-Vamos a bailar.
Lo enfrento, y paso mis brazos por su cuello, y él mantiene sus manos en mi cintura. Nos movemos al ritmo de la música. Poco a poco siento un calor enorme, cada vez lo tengo más cerca. Maldición.
Lo beso. Con urgencia. Me corresponde al instante y me pega más a él. Mis manos tocan sus mejillas. El beso se profundizó más cuando su lengua buscó urgentemente la mía. Nos separamos por falta de aire y nos sonreímos.
Pasaron las horas, ya iban a ser las 2 de la mañana, cuando salimos del lugar. Yo estaba un poco ebria, Dylan casi igual que yo. Adán era el más ebrio. Entramos al auto. Estacionado, no lo prendió ya que realmente estábamos ebrios. No mucho pero lo estábamos.
Nos miramos los tres y reímos.
-Maldición, que magnífica noche- dice Adán.
Reí. Dylan puso su mano en mi pierna, pero no me molestó ahí lo dejé.
-Miren lo que tengo- sonreí llevando mi mano al bolsillo.
Saco la bolsita con marihuana. Y otra con unas pastillas. Esas las dejaré para otro momento. Abren los ojos como platos al ver que saco un encendedor y una papel. Muevo la mano de Dylan para apoyarme en mi pierna. Estiro el papel, pongo algo de marihuana y lo enrrollo.
-Chicos- digo sonriendo mirándolos -están a punto de probar uno de mis majestuosos cigarros.
Lo alzo, mostrandolo, lo llevo a mi boca y lo enciendo. Dios se siente tan bien. Inhalo y lo alejo. Saco poco a poco el humo y miro a Adán. Se lo acerco y lo toma, fuma y saca el humo. Se lo pasa a Dylan. Hace lo mismo, pero él mantiene el humo más tiempo. Volví a fumar, y lo fuimos pasando. En unos minutos el auto estaba lleno de humo. Bajamos un poco las ventanas y empezó a ventilarse el auto.
-Sí que es majestuoso- dice Adán sonriendo, cerrando los ojos sacando el humo.
-Es delicioso, como tú- se acerca Dylan y me besa unos segundos. Me alejo y miro a Adán.
-¿Para mí no hay beso?- dice frunciendo el ceño.
Me acerco a él lentamente y lo beso. Me toma de la cintura, pero no me podía pegar más a él ya que él estaba en el volante y Dylan y yo atrás. Siento una mano en mis piernas y sé al instante que es Dylan. Sube poco a poco y roza mi entrepierna.
-Maldición- susurro y me vuelvo a sentar.
-¿Sucede algo?-pregunta Dylan.
-No, solo que, te detuviste- digo sonriendo, quitandole el cigarrillo y fumando.
Ahora estábamos ebrios y drogados. Perfecto.
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9 días.
Teen FictionChloe Davis, una chica que trabajaba en una barbería, que es atacada por un hombre, ella se defiende y huye. Adán O'brien un hombre que por avaricia roba, pero en un momento de vida o muerte, decide ya no hacerlo e irse. Dylan Jones un chico de una...