Adán O'brien
//La noche de la fiesta//
Frunzo el ceño al mirarla. La conozco. Me presenta Dylan y sonrío. Me acerco y la saludo.
–Hola, Adán– dice y sonríe. Parpadea unas veces y vuelve a Dylan y a Chloe, ignorándome casi por completo. Me pongo serio y los miro. –Allá están los bocadillos, por ahí están pasando los meseros con copas con champagne, tomen, bailen y ¡disfruten la fiesta!– dice alzando sus brazos.
Después de unos minutos Chloe Y Dylan se van a bailar. Ruedo los ojos y a Carla de nuevo. Me mira.
–¿Enserio? ¿Tú?– comenta alzando una ceja.
–Si, a mí también me da gusto verte de nuevo– digo sarcástico –Carla.
El verla de nuevo, después de años, convertida en otra persona. Se ve más fuerte, segura, ardiente. La miro de abajo a arriba y sonrío, rueda los ojos.
–¿Qué haces aquí?– pregunta acercándose un poco, ya que por la música que acaban de poner más fuerte se dificulta escucharla.
–Disfrutando de la fiesta, ¿y tú?– la miro tomando una copa de un chico que paso con una charola con copas. Ella toma una.
–No te hagas, me refiero a ¿Qué haces con mi hermano y su novia? ¿Lo haces para molestarme?
–No lo hago por molestarte, de hecho, nisiquiera sabía que era tu hermano hasta este momento. Ya había mencionado a su hermana, pero no me imaginé que eras tú.
–¿Ah sí? ¿Ni por los apellidos?
Niego. Y era verdad. Realmente no conocí nunca a su hermano. Cuando la conocí estaba sola.
Fué aproximadamente 5 años. Ella aún estudiaba la universidad y yo igual. En una de las fiestas que hacían los mismos estudiantes, nos conocimos. Ella estaba frágil, tenía problemas familiares. Que ahora, entiendo que sus problemas familiares era su hermano, Dylan.
–¿Cómo has estado?– pregunto, se tensa y se endereza.
–Bien. Mucho mejor de cuando nos conocimos. Ahora, me la paso viajando por el trabajo.
–Que bueno.
–¿Y tú? ¿Qué hiciste después de dejar la universidad casi para terminar la carrera?– dice para después soltar una risa y beber de su copa, la imito.
–Muchas cosas– ¿como le digo que soy un ladrón, casi narcotraficante?
–¿Ah sí? Bueno, ya tendrás tiempo para contarme. Por ahora vamos a bailar.
Cuando toma mi mano siento algo en mí. Los recuerdos de cuando lo hicimos en la habitación de una de las casas de las hermandades, las risas, las bromas.
Comienza una canción lenta. Se gira a mí y me toma de los hombros. Pongo mis manos en su cintura, sintiendo un rayo interno. Nos movemos al ritmo de la música. Baja su cabeza, pegándola a mi pecho. Mi respiración se hace profunda y sostengo mi agarre fuerte. Nos mecemos junto con las demás parejas que bailan a nuestro alrededor. Veo a Chloe y Dylan bailar pero lo ignoro. Ahora me importa lo de Carla.
–Te extrañé, ¿sabes?– escucho y bajo mi cabeza, la miro frunzo levemente el ceño –De verdad. Cuando te fuiste no supe nada más de tí. Nunca me hablaste de vuelta, no contestabas mis mensajes. Poco a poco te fuí superando. No sabes lo difícil que es para mí tenerte aquí. Abrazándote, bailando contigo esta linda canción.
–Lo lamento– digo y me mira. –Lamento no haberte llamado, no sabía lo que hacía. No tenía dinero y por eso dejé la universidad. Me sentía solo y simple....– digo y me interrumpe.
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9 días.
Teen FictionChloe Davis, una chica que trabajaba en una barbería, que es atacada por un hombre, ella se defiende y huye. Adán O'brien un hombre que por avaricia roba, pero en un momento de vida o muerte, decide ya no hacerlo e irse. Dylan Jones un chico de una...