IV

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Dylan Jones

Abro mis ojos. Lo primero que veo es el techo del living. Muevo mi cabeza, pero siento que voy a caer. Intento agarrarme del respaldo del sofá pero algo me lo impide. O alguien. Chloe. Caigo al suelo y hago una mueca. Espero no haber hecho el ruido suficiente como para despertarla.

Miro la hora 10:32. Maldición. Nos desvelamos como hasta las 3 de la madrugada. Escuchando música, tomando y drogándonos.

Noto que no está Adán. Tal vez salió a uno de sus asuntos privados. Entro a la cocina, preparo un café, muy cargado, realmente lo necesito. Voy al comedor y ahí está Adán. Sentado con un vaso con jugo de naranja, mirando su celular.

-Hola- me limito a decir sentandome en una silla. El solo me mira y hace una pequeña sonrisa, forzada. Vuelve a observar su celular, yo hago lo mismo tomando el café.

Veo que se pone tenso y aprieta la mandíbula.

-¿Sucede algo?- pregunto.

-¿Acaso no te das cuenta?- dice mirándome con una sonrisa forzada. Me encojo de hombros. ¿De qué habla? -Ví como te miraba.

Frunzo el ceño. ¿Habla de Chloe?

-¿De qué hablas?

-No te hagas. Sé que le gustas a ella.- ladea un poco su cabeza haciendo seña al living dónde aún está Chloe.

-¿Qué?, ¿A Chloe?-Asiente.

Realmente no tengo palabra alguna para lo que acaba de decirme. No creo gustarle a Chloe. En un poco tiempo. Pero, ¿Ella me gusta?, No usaría esa palabra. Me llama la atención, es todo. Es linda, diferente. Pero siento que gustar es un nivel más alto, no se diga el amar. Amar es lo más poderoso, no creo amar a alguien o que alguien me vaya a amar en algún momento de mi vida. Soy un drogadicto, que no trabaja, con una herencia gigantesca. Si me quisieran, sería interés o algún matrimonio arreglado. Cuántas cosas se pueden pensar en poco tiempo.

-Ayer. Contaste tu terrible historia-dice en un tono sarcástico, frunzo el ceño- ella te observaba con tanta atención, te analizaba. Después te tomó a tí. Noté cómo te miraba. No sé que pretendas. Pero no voy a dejar que te acerques más a ella.

Río.

-Haha, ¿Cómo pretendes hacerlo? ¿Me vas a correr de mi propia casa? ¿Te la vas a llevar?-suspiro -creo que esa decisión no te corresponde a tí. Ella decidirá lo que quiere. Si es cierto lo que dices, es problema de ella, tú no te metas -dije levantándome.

-Vaya- suspira -Que moralista resultaste- se levanta y se acerca - Cómo un drogadicto como tú, se puede poner a jugar al moralista, ¿que sabes tú de lo que es bueno o malo? Eres una miseria, por eso no mereces a Chloe- se aleja.

Pero que mierda.

-¿Esto cuando se volvió una competencia? Piensas que ella es un juego, no la conoces..- digo pero me interrumpe.

-Ajá, ¿Acaso tú si? ¿Sabes lo que quiere?

-No, pero te aseguro que tú tampoco. Y no me provoques. Quédatela, me da igual.- choco mis manos a su pecho -Yo no estoy en competencia con nadie; maldición Adán. Nos conocemos hace cuánto, ¿3 días? ¿4?, no la conoces, ni a mí, así como yo a ustedes. No nos conocemos ninguno de verdad. Así que no vengas con estupideces de celos, no quedan.

No pienso discutir más. Salgo del comedor y me dirijo a mi habitación. Cierro la puerta y me recuesto en la cama.

***

Chloe Davis

Me acerco a la puerta del comedor y escucho voces. Cómo si quisieran gritar pero en susurros. Es Adán y Dylan.

9 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora