Adán O'brien
–¿Es todo?– pregunto tomando su camisa acercándolo a mí.
–S..si..si– responde con la voz temblorosa.
Lo suelto y lo empujo a la pared.
–Si no te pagas antes del viernes, no te imaginas lo que te va a pasar– digo amenazante.
Éste chico me pidió dinero hace tiempo y aún no me paga. Alrededor de 50 mil dólares. Y me molesta que piensen que es un juego, conmigo no se juega, se hace tratos y se cumplen. Si no cumplen su parte, les irá mal.
El chico asiente y lo suelto. Al instante corre y ruedo los ojos. Tomo mi frente con las yemas de mis dedos. Pensando en qué hacer.
Anoche no llegué a dormir a la casa. Me la pasé en un club en el que estoy con unos amigos y chicas.
No dejo de pensar en Chloe. Debería ir a hablar con ella. Pero me molesta que esté Dylan ahí. Tomaré el riesgo e iré. Ignoraré por completo a ese imbécil y hablaré con ella.
Tomo el autobús, que me lleva cerca de la casa. Camino un par de cuadras y llego. Me detengo en la puerta antes de tocar. Suspiro y toco el timbre. Suena una voz y luego abre. Es Chloe. La miro, está hablando por teléfono. Pero al verme, quita la sonrisa de su rostro. Lo que faltaba.
–Luego te marco Miranda. Ya llegó. Ajá, adiós, te quiero igual– dice y cuelga.
–Hola– digo aún observándola a los ojos luego miro sus labios.
–Hola Adán, pasa– responde y se hace a un lago dejándome pasar. Asiento y entro.
Caminamos en silencio al living y me siento en un sillón y ella en otro. La miro de reojo y noto que cruza sus piernas. Me mira fijamente. Los más probable es que pida una explicación.
–¿Entonces? ¿Dónde estabas?– pregunta. –no sabes lo preocupada que estuve por tí.
¿Ah sí?
–Lo siento– digo mirándola –Debía despejarme.
–Ajá y aquí Dylan y yo como idiotas esperando a que llegaras. Y nunca lo hiciste. Sabes, pensamos que te había pasado algo, nisiquiera contestabas mis llamadas.
–Lo lamento, me quedé sin batería y olvidé avisar que no iba a venir– digo recargando mis manos en mi mandíbula y los codos en mis muslos.
–Bueno...
–¿Está Dylan?– la interrumpo para preguntar. Niega con la cabeza.
–No, salió.
–Ah– sonrio levemente. –Debo hablar contigo– la miro y alza los ojos.
–Te escucho.
–Lo de ayer, lo lamento, y realmente estuve pensando mucho y sé que si tú no sientes lo mismo que yo, lo entenderé. Yo te quiero, y no sé si tú a mí. Pero por favor, necesito que me digas que sientes tú. No te quiero presionar, pero realmente– cubro mi rostro con ambas manos y luego las quito –Quisiera saber.
–Adán yo... Yo te quiero, a tí y a Dylan, se han vuelto tan especiales para mí en estos cortos días, pero, no sé que pensar ante esto, no sé que fué lo que te gustó de mí, pero, yo..– hace una pausa. En ese instante abre la boca para hablar pero es interrumpida por la voz de Dylan que va llegando.
–¡Hola! ya llegué– dice bajando el tono cuando me ve. –Adán, llegaste.
–Hola Dylan.
–Chicos– habla Chloe –Necesito que ustedes hablen, realmente yo no puedo tomar una decisión si ambos están peleados, se supone que somos amigos y nos apoyamos en todo. Así que ahora mismo, van a estar aquí hasta que arreglen las cosas. Porfavor, se los pido– dice y ambos la miramos. Frunzo levemente el ceño y después asiento.
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9 días.
Teen FictionChloe Davis, una chica que trabajaba en una barbería, que es atacada por un hombre, ella se defiende y huye. Adán O'brien un hombre que por avaricia roba, pero en un momento de vida o muerte, decide ya no hacerlo e irse. Dylan Jones un chico de una...