Capítulo VII: Sábado

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Narra Scorpius:

El camino en el coche de los Potter fue la mayor parte del tiempo un silencio incómodo, pero más incómodo fue llegar a casa, cuando mi padre preguntó que tal había ido el día y no sabía que responderle.

¿Qué le diría? Si padre ha sido un día genial, Albus se puso a llorar, y seguramente pasará el principio del curso en el hospital, pero ha sido un día increíble en el hospital.

Deseaba que mi padre interpretará mi silencio como "mejor no hablar del tema" pero no, no parecía que hubiera entendido eso porque siguió preguntandome.

-¿qué a ocurrido hijo?- yo suspiré intranquilo

-no es nada, solo estoy preocupado por Albus. Que tu mejor amigo esté en el hospital no es algo para estar tirando cohetes-

-lo sé Scorpius pero... ¿Estás seguro que es solo eso?-insistió mi padre, sabía que me ocultaba algo.

-es Albus, y sus altibajos, ha estado bastante bien hasta hoy, cuando le han dicho que seguramente deba quedarse tres meses allí y se ha venido abajo-

-es normal, me acuerdo que cuando tú madre enfermó pensaba bastante en positivo, pero cualquier pequeña mala noticia hacia derrumbarse, tanto a ella como a mi- genial lo que más necesitaba en ese momento es que mi padre sacara el tema de mi madre.

-creo que me voy a ir a dormir-

-¿sin cenar?-

-sí, no tengo hambre-

-Scorpius sé que es duro y que lo estaras pasando regular, pero estoy aquí para lo que necesites ¿vale?- dijo mi padre.
Es algo que ya sabía, que podía contar con él, pero yo ahora mismo solo necesitaba descansar del intenso día.

-lo sé, y estoy bien solo quiero descansar, hasta mañana-dije y subí a mi habitación.

¿Había dicho que necesitaba descansar? Bueno, pues eso fue complicado.
Me pase al menos tres horas tirando en la cama sin poder dormir, cada vez que cerraba los ojos recordaba el momento en el que Albus había dicho " -pero ahora esto es el presente y eso un futuro que tal vez no exista-"
Había conseguido llevarlo de maravilla

¿Por qué ahora tenía que ponerse pesimista?

Es normal, está en un momento estresante donde las emociones están alteradas, es normal que tenga altibajos.

Debería se yo quién lo ayudara a levantarse cada vez que caía en el pozo de la negatividad.

Pero ¿cómo podía ayudarle?

Alfinal conseguí quedarme dormido, pero claro, ni en los sueños mi cerebro me dejaba un poco de tranquilidad.

Estaba en Hogsmeade, por una calle llena de gente de diferente edades, casas... La mayoría eran alumnos que al verme me sonreían o me chocaban los cinco.
Había pensado por un momento que la persona a la que todos miraban sonrientes y respetuosos no era en realidad yo, pero vi mi reflejo en uno de los cristales de una tienda.

Era yo.

Pero no me trataban como siempre, el chico odioso que al pasar todos susuraban cosas, y al que algún gracioso le decía en voz alta, "por ahí va el hijo de señor tenebroso uhhhh" mientras todos se reían.

No era el chico que iba siempre con su mejor amigo... Espera... ¿Albus? No, no puede ser...

¿Y desde cuando iba yo a Hogsmeade?

Sí, la persona que se había reflejado en el cristal era yo, pero era mi yo en el mundo en el que Voldemort había ganado. Era el maldito mundo en el que Albus no existía.

Maldigo a mi mente por soñar.

A mis pies una brecha se abrió en el suelo y caí a una oscuridad máxima.

No sabía si tenía los ojos abierto o cerrados, era lo mismo. Pero si sabía que seguía cayendo.

Aparecí en el hospital en el que momentos antes había estado. Todo parecía igual que como hace unas horas, menos por Albus.

Albus estaba sentado en la camilla, con el respirador puesto, con una carta en la mano. Lo diferente era que Albus parecía más agotado y cansado. Las ojeras las tenía muy marcadas y la expresión más triste, más efermo.
Me dolía verlo así.

-hey Albus-dije tímidamente, pero Albus no se inmutó, tenía la misma expresión que antes. No podía escucharme.

Albus parecía leer la carta, bueno en realidad precia que releyera la carta por una sexta vez. Yo me fijé en la carta, y me sorprendí al darme cuenta de que era mía.

Pude leer algo como "Querido Albus:
Me encantaría estar ahora mismo allí créeme, Hogwarts no es lo mismo sin ti, y las comidas no saben igual si no la pasamos juntos riéndonos. Solo quiero que llegue el sábado para poder ir a visitarte..." No pude leer nada más porque Albus arrugó la carta y la tiró a un lado.

No entendía porqué había hecho eso. ¿Estaba cabreado conmigo? Por su forma de tirar la carta me quedó claro que cabreado se quedaba corto.

Pero entonces vi un pequeño calendario en la mesita, según el calendario estaríamos a 26 de septiembre, un domingo. Es decir que Albus estaba enfadado conmigo porque yo no habría aparecido el día anterior.

Abrieron la puerta de la sala. Eran Harry y Ginny, con caras largas.

-tenemos malas noticias hijo-dijo Ginny con delicadeza.

-el médico nos ha informado que te tendrás que quedar un mes más aproximadamente, la medicación va bien, pero lenta-continuo Harry

-lo sentimos, podemos ir a hablar con McGonagall para que dejen venir más a menudo a Scorpius y...-empezó a decir la pelirroja pero Albus la interrumpió

-no, Scorpius está de maravilla en Hogwarts. Supongo que al no tener al amigo estúpido allí se sentirá como un rey-dijo Albus, su tono contenía tantísimo dolor y rabia que no pude evitar sollozar.
Yo nunca haría eso, yo nunca dejaría de lado a Albus, no a la persona que más quiero.

Harry se acercó a su hijo, sin ninguna duda ellos no me veían a mi.

-Albus no digas eso, ayer seguramente no pudo venir o...-dijo a su lado

-o no le apetecía aguantar los dramas de un apestoso como yo-cada vez que decía algo Albus, yo me sentía más impotente, incapaz de decirle que estaba allí, incapaz de poder abrazarle, incapaz de decirle canto le quiero.

Me desperté.

Sentía la cara mojada, y la nariz llena de mocos, sin ninguna duda había estado llorando, al igual que en el sueño.

Aunque sabía que había sido un sueño me encontraba igual de destrozado e impotente que en él. Aunque estuviese en mi dormitorio a la poco luz que entraba por mi ventana. Me sentía lastimosamente igual.

Miré el reloj, aun eran las cinco, es decir había dormido unas escasas tres horas, y no me sentía capaz de consiliar otra vez el sueño.

Quedándome mirando al techo durante horas y ahogandome poco a poco en el lago de mi mente.

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Sí chicos, chicas y chikes, después de tres mil doscientos años he vuelto a actualizar.

Sinceramente esta es de mis historias favoritas que estoy escribiendo y me entristecía no poder subir, pero aquí estoy xd he subido capítulo así que toca celebrarlo yei :DDD

Espero que tengan, o hayan tenido, un gran día <3 besis fresis

Un Mundo Sin Tu Sonrisa // Scorbus (sin Terminar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora