Capítulo IV: Decisión Y Suerte

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Narrador//

Ya solo quedaban un par de días para que se acabaran las vacaciones en Francia para los Malfoy.
Scorpius había estado evitando lo máximo posible la pregunta que estaba en el aire. ¿Realmente no quería mudarse? Era un lugar fantástico nadie podía negarlo, y a Scorpius le encantaba la cultura francesa era un lugar que siempre le había gustado visitar, pero... ¿Mudarse? ¿Dejar toda su vida que había formado hasta ese momento para empezar de cero? La verdad no tenía muchas cosas buenas para añorar, la vida en Inglaterra no ha sido la mejor y en Francia podría ser increíble, pero... Pero el joven Malfoy sentía que por mi hogareño y cómodo que fuera Toulouse no sentía que fuera su hogar, su hogar se encontraba al lado de Albus, él no lo sabía, estaba confundido, pero si sabía que sus sentimientos eran diferentes, más fervorosos y fogosos.

Cualquier persona que hubiera pasado todo lo que le había pasado a Scorpius, la muerte de su madre, el bullying que había sufrido durante muchos años... Cualquier persona que hubiera estado es su sitiacion habría  aceptado a mudarse, pero... ¿Desde cuando el joven Malfoy era como los demás? Scorpius tenía ya la respuesta a la pregunta de su padre, estaba seguro, pero sabía que no era la respuesta que su padre quería.

—entonces ¿qué has decidido hijo?— eso fue lo que pregunto Draco, mientras paseaba con su hijo por unas de esas maravillosas calles del sur de Francia. Los árboles, la hierba, las cucas cafeterías de colores pastel... Todo parecía encajar a la perfección con las demás cosas y siempre se respiraba un aire tranquilo. Los lugares históricos y los museos que podían visitar... La posibilidad de vivir en paz. Todo eso lo tuvo encuenta el menor de los Malfoy antes de responder.

—este lugar es increíble, y me encantaría poder visitarlo todo, pero papá este no es mi hogar—respondió Scorpius de manera calculadora

—podría serlo— comento el padre

—no papá, no lo será lo siento así, mi hogar está en Inglaterra, en nuestra casa—negó Scorpius

—escúchame hijo—Draco se paró y puso un brazo sobre el hombro de su hijo —allí en Reino Unido no nos quieren, no nos respetan, ya pudiste ver como de crueles pueden llegar a ser las personas, simplemente porque no saben olvidar. Además allí hay muchos recuerdos, recuerdos que duelen, no porque sean malos, sino porque la nostalgia es dura—

—¿Te refieres a los recuerdos de mamá? —intervino preguntando Scorpius

—hijo...— intentó rebatir Draco

—¿crees en serio que para superar la muerte de mamá es necesario huir?—preguntó algo indignado el menor

—no es huir hijo, es olvidar—declaró

—las cosas se superan aprendiendo a vivir con ellas, no huyendo de ellas— echó en cara Scorpius

—hijo...—intento defenderse Draco

—¿crees que mamá quería que la olvidaramos? —

—hijo no digo que olvidemos a mamá, solo que aquí podremos crear buenos momentos, dejando el pasado atrás—

—mamá es nuestro pasado—aclaró Scorpius dejando a su padre sin palabras —papá no creo que la solución sea mudarse

—puede que tengas razón, pero no puedes negar que tal vez huir del pasado de nuestro apellido y empezar una vida sin prejuicios sea lo mejor—

—mi decisión está clara, quiero quedarme en Inglaterra—dijo Scorpius y Draco estuvo unos segundos meditando lo todo

—¿qué tal si vivimos en ambos lugares?—preguntó Draco, pero al ver la cara de si hijo de no entender a qué se refiere lo explicó —quiero decir, tener una casa en ambos lugares, podemos venir aquí en verano, tener una casa de vacaciones aquí, y nuestro hogar allí ¿qué te parece?—

—eso... Sería increible—dijo Scorpius y ambos, padre e hijo, sonrieron satisfechos.

—e hijo, sobre si podías ir a edimburgo... Está bien, pero solo una semana—

—¿¡en serio?!–

—sí, pero jurame que te portarás
bien—

—eso está más que asegurado—dijo Scorpius radiante de alegría, parecía que todo iba de maravilla, pero Scorpius sabía que tan buena suerte no podía estar teniendo, la vida no le trataba tan bien.  Y estaba en lo cierto, estaba teniendo demasiada suerte y ya era hora de que la vida le devuelva su mala suerte.

*****

Se habían acabado las vacaciones en Francia, y Scorpius estaba satisfecho con todo lo que había hecho. Había visitado museos, había ido a antiguos monumentos históricos, había leído y aprendido cosas muy interesantes del sur de Francia y lo mejor de todo era que había conseguido los libros originales de su escritor favorito. Eran las mejores vacaciones que habían tenido en bastante tiempo. Ahora tocaba volver, pero Scorpius no se sentía para nada apenado, sabía que le esperaban unas geniales vacaciones con Albus. O eso es lo que pensaba él, sin duda alguna, su buena suerte se había acabado.

Llegó a la mansión de los Malfoy, todo parecía perfecto, antes de que una lechuza entrara mientras guardaban las cosas.
La lechuza, era parda, a Scorpius le sonaba de haberla visto, pero no reconocía quien era el dueño.

Había dejado una pequeña carta a los pies de Draco, éste miró la lechuza extrañado, parecía intuir de quien era. Draco cogió la carta y leyó, pero en voz baja. Así que Scorpius no podía saber de qué se trataba, pero no parecía tener buena pinta, la cara de su padre no tenía expresión ninguna.

—¿de quien es?— pregunto Scorpius

—¿no conoces a esta lechuza? —si padre hizo otra pregunta, pero sin parar de leer la carta

—me suena— contesto el joven Malfoy —creo que la he visto alguna vez, pero no estoy seguro

—has memoria—dijo Draco seguía leyendo, para cuando terminó se sentó en el sofá preocupado —ven siéntate hijo— y eso fue lo que hizo Scorpius, tenía el precentimiento de que algo andaba bastante mal

—¿qué ocurre?—

—aún no has identificado de quién es la lechuza —en ese momento la lechuza voló hasta la ventana más cercana y salió de la casa. Scorpius negó con la cabeza

es la lechuza de los Potter—


—¿qué? ¿Por qué te han mandado una carta? ¿Ha ocurrido algo?—la voz del joven se escuchó preocupada, aunque el rubio había intentado que no se notara su preocupación

—es mejor que vayamos a un lugar— dijo Draco levantándose del sillón

—¿a donde vamos?—

—ahora lo verás—y Draco conducio a su hijo hasta la puerta, una vez fuera Draco puso el brazo para que su hijo se agarrara y una vez estuvo bien agarraron desaparecieron.

Un Mundo Sin Tu Sonrisa // Scorbus (sin Terminar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora