Capítulo VIII: Otra Mala Noticia, Y No Pienso Admitir Que Tengo Miedo

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Narra Albus//

Había pasado una semana desde que había llegado al hospital muggle y mi día a día se basaba en estar todo el maldito tiempo con un respirador.
Lo odiaba.

Scorpius venía todos los días y pasaba gran parte del tiempo conmigo, yo le decía siempre que no tendría por qué estar allí, que debía de descansar, o pasar tiempo con su padre, pero él insistía en quedarse.
Mis padres tenían que trabajar, aunque mi madre conseguía algún que otro día libre para quedarse también.
Mis hermanos venían algunos días, y por increíble que parezca, James no se comportaba como el estúpido de siempre, e intantaba no preocupar mucho a Lily haciéndola reír con sus bromas, estaba siendo un buen hermano.
Teddy vino un día, cuando se encontraban mis padres y mis hermanos. Me alegraba mucho de verle, pero también deseaba con todas mis fuerzas salir de allí e irme a Edimburgo y olvidarme de todo.

El resto de mi familia venía a visitarme de tanto en tanto, casi todos los días tenía visita de alguien, que si mi abuelos con galletas recién hechas,  o cuando venían mis primos que lo único que rompía el silencio incómodo era el tío Ron y sus chistes malos.

Pero los mejores momentos eran cuando estaba con Scorpius, que no hacía falta hablar mucho, que no tenía que finjir que me encontraba bien, cuando me abrazaba... Siempre estaba allí y yo no tenía forma de agradecérselo.
Él ya había pasado antes por una situación parecida, cuando su madre enfermo, Scorpius estuvo muy afectado, pero se quedó al lado de su madre incluso cuando sabía que en algún momento cerraría los ojos para siempre.
Nunca hablábamos mucho del tema, siempre que le preguntaba me respondía con una respuesta seca y cambiaba de tema, y yo lo había respetado y no había insistido, pero... Ahora, estando enfermo yo, me sentía culpable de estar recordándole aquella etapa de su vida en la que había perdido a su madre. Sabía que Scorpius viéndome a mi enfermo se acordaba de su madre, de todo lo que tuvo que pasar, para que alfinal fuera en vano.

En este momento me encontraba en la habitación del hopital, sentado en la cama, jugando al snap explosivo con Scorpius, éste también estaba sentado en la cama.
Como siempre Scorpius iba ganando mientras que a mi ya me había explotado cuatro cartas al no encontrar la idéntica.

—¿como lo haces, si casi es imposible memorizar tres cartas?—pregunté

—se me da bien recordar imágenes—dijo apuntando con la varita a una carta y después a otra, se dieron la vuelta mágicamente y claramente eran idénticas.

—recuérdame que no vuelva a jugar contigo a esto—dije, y Scorpius empezó a reír

—siempre dices eso y siempre terminas jugando—dijo con una gran sonrisa, y con un movimiento de la varita las cartas se amontonaron y se recogieron.
Me asombré cuando me di cuenta de que me había quedando mirándole fijamente y rápidamente dirigí mi mirada a la ventana.

—¿cuando volvían tus padres? — me preguntó

—a la hora de comer—le respondí y apoyé mi espalda en la almohada. Fue un error.

De la cama se cayó el bloc de dibujo que tenía escondido debajo de la almohada, fui a recogerlo, pero Scorpius fue más rápido.
No sé si fue por mi expresión, pero Scorpius no lo abrió simplemente me preguntó

—¿dibujas? ¿Desde cuando?—preguntó con una sonrisa

—N-no dibujo—

—ya claro—dijo abriendo el bloc, y intenté arrebatarselo, pero se alejó para que no lo consiguiera.

Estuvo unos segundos mirando uno de los dibujos con cara de asombro.

—¿los has dibujado tú?—preguntó mirándome yo asentí levemente con la cabeza —está increíble, ¿cómo que nunca me habías enseñado ningún dibujo?—

Un Mundo Sin Tu Sonrisa // Scorbus (sin Terminar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora