Gracias por estar aquí #1

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[Melissa]

Sábado 18:05 PM.

Me encuentro en una habitación de hospital, sujetando la mano de mi papá con fuerza entre lágrimas, acerco la silla y me siento en la misma.

Estoy tan mal, tengo mucho miedo, no sé por qué estoy pasando por algo así, no sé que haré sin mis padres, no me dejan estar con mi mamá dijeron que ella está muy mal, por favor yo no los quiero perder ¿qué haré sin ellos? No podré vivir si me faltan.

-Señorita, tiene visitas- dijo el doctor -. ¿Los dejo pasar?- asentí.

Saqué un pañuelo seco mis lágrimas, veo a Roman pasar junto con sus padres, me levanto de la silla, con Clarissa nos abrazamos por un momento, es como mi segunda mamá, al separarme el papá de Roman me abraza, veo a Roman apoyado en la pared cruzado de brazos mirándome con tristeza, nos separamos. Clarissa toca mi brazo.

-Es tan triste todo esto, Melly, eres como de la familia así que si podemos ayudarte con lo que sea no dudes en pedirlo- asentí, ella suelta mi mano -. Bien, nos vamos- dijo yéndose.

Quedamos Roman y yo en esta habitación, no me ha dicho ni una sola palabra, no hay mucho que decir. Finalmente cerró la puerta, viene hacía mí, me da un abrazo lo acepto sin dudar, mis lágrimas vuelven a salir.

-Melly- dijo con su suave y tranquilizante voz.

-No sé que haré, yo no puedo imaginarme sin ellos, Roman, tengo mucho miedo- lo abrazo con más fuerza -. No quiero quedarme sola.

-Sh... eso no pasará, necesitas descansar, te estás haciendo daño al estar así.

Me dirige hacía un pequeño sofá cabemos los dos, me dejó reposar mi cabeza en sus piernas, Roman me cubrió con su abrigo, cerré mis ojos intentando poder descansar.

Ese es Roman mi mejor amigo, siempre a estado para mí en las buenas y más aún en las malas, así como yo estuve para él siempre sin importarnos nada.

Me permití recordar todos nuestros buenos momentos juntos, tenemos tantos, todo eso terminó dándome paz. Al abrir mis ojos, me levanto, veo a Roman regresar con un vaso, mi nariz detecta ese aroma delicioso del café, a medida que lo veo acercarse observo las bolsas debajo de sus ojos. Me entrega el vaso.

Él no ha dormido.

-¿Qué hora es?- pregunté al bostezar -. Siento que me dormí por dos minutos.

Roman se sienta a mi lado, me acomodo su abrigo, me hace frío, le doy un sorbo al café, él acomoda un poco mi cabello.

-Son las cuatro de la mañana- intento devolverle su vaso, pero se niega.

-Podemos compartir.

-Si insistes- dijo recibiendo el vaso.

Pasó su brazo alrededor de mi cuello, lo veo beber el café, sonreí involuntariamente, tomé su mano que reposaba en mi hombro, su mano está muy fría.

-Roman- pronuncié esperando hacer contacto visual con él (sus ojos son hermosos).

-¿Qué? ¿Pasa algo?- me pregunta, su mirada cae sobre mí lentamente.

-Gracias por estar aquí- le agradezco apretándolo más.

Negó con una sonrisa.

-No tienes que agradecer, yo estaré contigo siempre que lo necesites- me asegura, para luego darle un sorbo más al café.

Con Roman pasamos un par de horas aquí, con frío y cansancio esta es la noche más fría del año, luego el doctor regresó para darme la peor noticia, cuando me dijo que mi mamá murió me había quedado inconsciente, mi corazón empezó a fallar éste se detuvo por un momento y me tuvieron que reanimar.

Amigos en matrimonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora