Recomiendo que escuchen música instrumental de suspenso, me lo agradecerán
—Te dije que no era por aquí.
—Tranquila, no estamos perdidas.
—Eso dijiste hace media hora, Yulia, estoy cansada, llevamos horas caminando.
—Tranquila Lena, confía en mí.
Lena no respondió, solo caminando siguiendo a Yulia, la pelirroja realmente estaba cansada, traían igual carga en la espalda, su mochila de campamento, pero Lena no era tan fuerte como Yulia, tenían horas en el bosque al parecer perdidas, separadas del grupo con el que dos días atrás empezaron la excursión.
—Yul, espera— dijo la chica sentándose en una gran roca a un lado de unos árboles, las aves se escuchaban cantar entre el follaje, el sol apenas pasando entre las nubes hacía más pesado el caminar por el frío que amenazaba con llegar.
—Lena...— dijo en voz baja Yulia y regreso sus pasos sin perderla de vista— ¿que pasa amor? — pregunto su novia tomando la mano que estaba sobre la roca.
—Siéntate conmigo— dijo haciéndole espacio.
—¿Qué pasa?
—Tengo algo de frío y miedo, es medio día, pero el sol no durara mucho, ¿cómo es que nos perdimos?
—No estamos perdidas.
—Yulia, acéptalo, no sabemos dónde estamos y no encontraremos ayuda en medio de la nada.
—No estamos en medio de la nada, este lugar debe estar repleto de turistas y el grupo debe andar por ahí, ¿tranquila sí? — le dijo besando la mano de su novia, Lena sonrió y se levantó— anda Lena, anímate.
—Yul! ¡Una casa!
—Bueno no te animes tanto— dijo levantándose también.
—No Yul una casa, mira— le dijo señalando a la espalda de Yulia, la morena volteo y ahí, al fondo del bosque, a varios cientos de metros se veía una casa enorme.
—Pero como... ¿cómo no la vimos antes?
—Yulia será mejor caminar, la temperatura está bajando.
—Para que quieres llegar a la casa? Ahí no nos verán los demás, aparte de eso quien sabe qué clase de loco vivirá ahí, en una casa en medio de la nada.
—Yul, no estamos en medio de la nada, ha de haber turistas y el grupo debe andar por ahí— dijo imitándola.
Yulia frunció el ceño y después sonrió y empezó a caminar de la mano hacia la casa, el cielo rápidamente y sin aviso se cerró, el viento empezó a soplar cada vez más frío, por suerte iban preparadas para eso con ropa de invierno gracias a la insistencia de Lena.
—Raro el clima ¿no crees? — le pregunto Yulia volteando a ver al cielo gris.
—Sí— dijo Lena viendo al horizonte.
Ambas siguieron caminando apretando el paso cada vez más, al llegar a la propiedad buscan alguna campana, algo para hacerle saber a la gente del interior que ellas estaban afuera pero no encontraron nada, la reja de hierro estaba cerrada y se veía impenetrable, en el centro de lo que parecía la entrada estaba un escudo en hierro más oscuro, las chicas lo observan, era una especie de escudo con un triángulo invertido, una espada en el centro con una serpiente envolviéndola, un circulo arriba y en el centro del triángulo el número 12.
—¿Qué hacemos? — pregunto la pelirroja empezando a temblar de frío y con las mejillas rojas por el viento.
—Parece que esta sola, ojalá pudiéramos entrar— dijo acariciando los brazos de Lena tratando de darle calor, ella resentía los cambios de temperatura, sabía que tenía frío.
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Atrapadas
ParanormalUna casa. Un camino. Pesadillas. Una persona sin descanso buscando respuestas.