Extra 4

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Edward, Emmett y Jasper no volvieron de cazar hasta unas horas antes de la boda a las 8 de la mañana. Diez minutos antes de que regresarán, Alice me arrastró hacia su habitación en el piso de arriba. Era la única habitación que no daba al jardín trasero, donde se llevaría acabo la ceremonia de la boda y la recepción. Ella le había prohibido a Emmett acercarse a dónde me estaba preparando, así que él estaba afuera con los demás ayudando a Esme a colgar flores.

Una hora después, Alice comenzó a prepararme. Nunca fui de las que se maquillaban y hacia algo con su cabello más que dejarlo suelto o sujetarlo en una cola de caballo, pero mi boda parecía una ocasión adecuada para lucir bien. Lo coloco delicadamente en un medio recogido, con ondas suaves debajo de un estilo intrincado y retorcido.

Descubrí rápidamente que el maquillaje en la piel de un vampiro se comporta de manera muy diferente que en la piel de un humano. En general, nuestros cuerpos suaves y duros no acumulan mucha suciedad, ya que no tiene nada a lo que adherirse y no transpiramos ni arrojamos células de piel.

Ahora era el momento del vestido. Con la ayuda de Esme, Alice cuidadosamente abrochó la larga línea de botones de perlas en mi espalda.

Dió unos pasos hacia atrás, maravillandose de su obra.

— Me prepararé y vendré a buscarte cuando estemos a punto de comenzar.

En el espejo de cuerpo entero, admire a la nueva yo. Solo había visto el vestido, pero el conjunto completo, con el peinado y el maquillaje, se veía... bien. Este sentimiento de confianza en mí misma acerca de mi apariencia era algo con lo que todavía no me sentía cómoda.

El vestido tenía mangas largas hechas de intrincados encajes. Estaba ajustado en la parte superior de mi cuerpo pero en mis caderas, se extendía más. La vaina estrecha del vestido blanco reluciente se ensanchaba sutilmente en la cola casi como una cala invertida.

Alice regresó media hora después, con un vestido que fluía por su esbelto cuerpo como una cascada plateada.

— Alice, wow.

— No es nada. Nadie me está mirando hoy. No mientras estés en la habitación— sonreí tímidamente.

Ella continuo.

— Es hora — la seguí a la habitación de abajo. Se abrieron las enormes puertas de vidrio, podía sentir la ligera brisa en mi piel, junto con la fragancia de un millón de flores. Rosas blancas se alineaban en el pasillo de césped, antes de girar a la derecha hacia donde estaban los invitados, fuera de mi vista.

Alice salió rápidamente de la habitación y regreso con los dos ramos blancos espumosos. El aroma de rosas, azahar y fresia me envolvió en una suave bruma.

— ¿Lista? — preguntó, parada justo en frente de mí, de puntillas para mirarme mejor a los ojos, aunque todavía era mucho más baja. Asentí.

Edward, el mejor músico de la familia, comenzó a tocar el piano afuera, el Canon de Pachelbel.

— Sígueme en cinco segundos — Alice comenzó un baile lento y elegante por el pasillo. Una fanfarria repentina resonó a través de la música altísima. Reconocí mi señal y fui por el pasillo, igualando su paso.

Tan pronto como me di la vuelta, vi a Emmett, de pie ante un arco rebosante de flores. Apenas era consciente de que Carlos le estaba a su lado. El rostro de Emmett lleno mi visión y abrumó mi mente. Sus ojos eran de un dorado mantecoso y ardiente; su 4ostro perfecto era casi severo con la profundidad de su emoción. Y luego, cuando se encontró con mi mirada de asombro, rompió en una impresionante sonrisa de euforia.

Por un breve segundo, me distrajo la cantidad de flores blancas que colgaban en guirnaldas de todo lo que no estaba vivo en la habitación, goteando largas líneas de cintas de gasa blanca.

Renewal [Emmett Cullen] (1) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora