Renewal [Emmett Cullen] (1) ✓

[39- Alice]

-¡Quiero verlo!- Alice chillo apenas pusimos un pie adentro. Carlisle, Esme, Edward y Jasper estaban de pie detras de ella, con sonrisas ansiosas en sus caras. Solte la mano de Emmett y les mostre el anillo que descansaba en mi cuarto dedo. Ella salto en el aire y envolvio sus brazos alrededor de mi.

-¡Felicidades!  ¡Estamos muy felices por ambos!- dijo Esme.

-El, ¿podría por favor hablar contigo a solas?- Alice pregunto rápidamente, su voz de repente hostil, y eso me sorprendió. Intenté leer su rostro, pero ella se dio la vuelta.

-Estas a punto de hacer mi vida más difícil de lo que debe ser, Alice- le advirtió Emmett a través de sus dientes- Realmente preferiría que no lo hicieras.

-Esto no es sobre ti, Emmett- respondió ella.

Edward se rió, algo sobre el intercambio fue gracioso para él.
-No lo es- insistió Alice- es una cosa de mujeres- Emmett frunció aun más el ceño.

-Déjala hablar conmigo- dije yo. Tenia curiosidad ahora.

-Lo pediste- murmuró. Rió de nuevo, medio enfadado, medio divertido. La seguí hasta el balcón.

Me volví hacia Alice, preocupada ahora, pero ella ni me miró. Du mal humor no había pasado todavía, su rostro abatido. Ella se apoyó contra la barandilla. La seguí, descansando a su lado.

-Eleanor- empezó Alice con voz triste, moviéndose y acurrucandose contra mi costado. Su voz sonaba tan miserable que en volví mis brazos alrededor de sus hombros con comodidad.

-¿Qué pasa, Alice?

-¿No me amas?- pregunto con el mismo tono triste.

-Por supuesto que sí. Nos fuimos de vacaciones juntas. Lo sabes.

-Entonces, ¿Por qué te veo escabullendote a Las Vegas para casarte sin invitarme?

-Oh -murmure. Pude ver que había herido gravemente sus sentimientos y me apresure a defenderme- Sabes como odio hacer un gran escándalo con las cosas. De todos modos, fue idea de Emmett.

-No me importa de quien fue la idea. ¿Cómo pudiste hacerme esto? Espero ese tipo de cosas de Em, pero no de ti. Te amo como s fueras mi propia hermana.

-Para mí, Alice, eres mi hermana.

-¡Palabras!- gruño.

-Bien, puedes venir. No habrá mucho que ver- ella todavía tenia una mueca en su pequeño rostro.

-¿Qué? -exigi.

-¿Cuánto me amas, Eli? -me observó con ojos suplicantes, sus largas cejas negras se inclinaron hacia arriba en el centro y se juntaron, sus labios temblaban en las esquinas. Era una expresión desgarradora.

-Por favor, por favor, por favor- susurro ella- Por favor, El, por favor, si realmente me amas...Por favor, dejame hacer tu boda.

-¡Aw, Alice!- gemi, alejandome y levantandome- ¡No! No me hagas esto.

-Sí realmente, realmente me amas.

Doble mis brazos sobre mi pecho.

-Eso es tan injusto.

-Apuesto a que a Emmett le gustaría más si lo hicieras tradicionalmente, aunque nunca te lo diría. Y Esme, ¡piensa lo que significaría para ella! Te deberé una década.

-¡Me deberías por un siglo!

Sus ojos brillaron.

-¿Es un sí?

-¡No! ¡No quiero hacer esto!

-No tendrás que hacer nada más que caminar unos metros y luego repetir después del ministro.

-¡Ugh! ¡Ugh, Ugh!.

-¿Por favor? -comenzó a rebotar en su lugar- ¿Por favor, por favor, por favor?

-Nunca, nunca te perdonaré por esto, Alice.

-¡Hurra!- chilló, aplaudiendo con fuerza.

-¡Eso no es un sí!

-Pero lo será- canto ella.

-¿Emmett? Se que estas escuchando. Sal.

-Muchas gracias, Alice- murmuró con acidez viendo a su hermana,  viniendo detrás de mí. Me volví para que se detuviera, pero su expresión estaba tan preocupada y molesta que no podía decir mis quejas. Tire mis brazos alrededor de él en su lugar, en la punta de los dedos de los pies, ocultando mi rostro.

-Las Vegas- prometió en mi oído.

-No es una posibilidad- se regocijo Alice- Eleanor nunca me haría eso. Sabes, Emmett, como hermano, a veces eres una decepción.

-No seas mala- le gruñí- Él está tratando de hacerme feliz, a diferencia de ti. No quiero que sea una gran cosa.

-También estoy tratando de hacerte feliz, El. Es solo que sé mejor lo que te hará feliz. ..a la larga. Me lo agradecerás por esto. Tal vez no por cincuenta años, pero definitivamente algún día.

-Nunca pensé que vería el día en que estaría dispuesta a apostar contra ti, Alice, pero ha llegado- frunci el ceño y miré a Emmett, que estaba jugando distraidamente con un mechón de mi cabello.

-No veo como va a ser una gran celebración,  no es como si pudieras invitar a nadie. Estoy muerta, recuerda.

-Cállate, silencio. En mis manos, tu día será perfecto. ¡Esme!- dijo Alice mientras corría hacia dentro.

-¿Qué deseas?- dije, mirando a Emmett, nuestros cuerpos aún presionados uno contra el otro.

Él sonrió.

-Quiero que seas feliz. Alice tiene el hábito de ir más allá y sé que quieres mantenerlo pequeño. No te preocupes. Jasper y Esme pueden ayudarnos a mantenerla bajo control- ojalá tuviera razón.

Créditos a EmmettC