[04- New House]

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Instantáneamente me enamoré de la casa. Era una casa de tamaño modesto, nada demasiado extravagante para una pequeña ciudad. Los ladrillos terrosos complementaban el exuberante bosque por el cual Oregon era famoso. El aire olía increíble, la mezcla única de pino y tierra húmeda combinada con viejas hojas caídas era diferente a todo lo que alguna vez había experimentado. La casa estaba al final de una calle apartada, por lo que era excepcionalmente tranquila, a solo unos minutos a pie del hospital si atravesaba el claro a la izquierda de la casa.

-Esta casa salió al mercado hace un mes. Un caballero en silla de ruedas la construyó con pasillos anchos y que todo quedase accesible. ¡Qué hallazgo! - comentó mientras torcía la llave en la cerradura.

 ¡Qué hallazgo! - comentó mientras torcía la llave en la cerradura

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(Planta de la casa)

Papá me dio el recorrido, señalando todas las habitaciones, todas nuestras cosas aún en cajas.

-Esta es tu habitación -dijo, señalando hacia la puerta junto al estudio de mamá- Tiene una ventana grande y bonita y el baño tiene una buena ducha para ti. Ya he desempaquetado la mayoría de tus muebles.

-¡Gracias Papa! ¡Luce extraordinaria! -exclamé, envolviendo mis brazos alrededor de su torso. Sonrió ante mi inesperado gesto, no había mostrado tanta emoción en más de un mes, - Te dejaré instalarte.

Me dieron la habitación del oeste de la casa que daba al patio delantero. Mi antigua habitación tenía una vista del puente Golden Gate, así que me sentí un poco mal, pero no me podía quejar. Esta habitación daba a algunos de los pinos más hermosos, deben haber tenido cientos de años. Mi nueva habitación tenía prácticamente el mismo diseño que la anterior, la cama apoyada contra el costado de la pared y el cabecero blanco junto a la ventana. Papá ya había colgado mis carteles de mis equipos favoritos de fútbol. La suave extensión de la cama azul añadió un toque de color necesario contra las paredes grises. Junto a mi escritorio blanco había cajas, llenas con mi trabajo escolar y ropa. Mi cama y mi tocador se bajaban, así que era más fácil de usar.

Empecé a desempacar mi ropa, organizándola meticulosamente en mi tocador. Tenía un armario pero no tenía sentido poner algo allí si no podía alcanzarlo.

La escuela comenzaba mañana. Estaba tan nerviosa por el gran cambio. Nuevos amigos, nuevas clases. Mamá me dijo que la escuela solo tenía 226 estudiantes, ahora 227. Había más de setecientas personas en mi vieja escuela. Todos los chicos aquí habían crecido juntos, sus abuelos habían estudiado de pequeños juntos. Sería la nueva chica, un bicho raro, algo tan obviamente diferente.

Tomaba varias materias, entre ellas están: inglés, matemáticas, química, historia del mundo y biología. La escuela no iba a ser difícil. La mayoría de los cursos ya los había completado en mi vieja escuela, aprenderlos temprano significaba que no me quedaba atrás cuando competía en competiciones nacionales. Quería pasar mi último año en mi vieja escuela, con mis amigos y profesores, que me había comprendido, pero teniendo en cuenta las circunstancias, tenía que ser lo mejor. De todos modos, solo tuve un par de meses en esa escuela, no era como si sucediera algo importante.

Esta semana, mamá me reservó una cita para ver al médico en el hospital local. En el viaje en avión, siguió hablando de lo bueno que era. Según ella, él era el mejor de los mejores, aunque no entendía por qué elegiría vivir en una pequeña ciudad como Oakridge.

Créditos a EmmettC

Renewal [Emmett Cullen] (1) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora