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Siempre la misma oscuridad, no me esforzaba en mantener el cuarto luminoso porque ya conocía el lugar completamente de memoria, me ajuste los cordones de mis botas y me puse el buzo que podia tapar perfectamente mi rostro, después de todo no tenía intenciones algunas de mostrar mi rostro.

Acomode mi mochila detrás de mi espalda y por segunda ves volví a acomodar mi cabello largo, ultimamente mis puntas estaban enruladas por lo largo que estaba, talvez deveria de cortarlo pronto, desconecte el cargador del celular y observe la hora.

7:20. 

Cuando abrí la puerta de mi dormitorio podía escuchar las respiraciones exaltadas de mi perro completamente feliz, cuando llegue a su lado me arrodille en el suelo y acaricie su pequeña cabecita escuchando su chillido gustoso para luego levantarme y abrir la puerta principal del departamento, la luz del pasillo iluminaba el largo pasillo pero no me inmute en nada por ello cerrando la puerta con mi llave para seguir mi recorrido. 

-He vuelto a tener el mismo sueño... una y otra ves sin dejarme descansar-recorde pesadamente mientras salía del departamento.

Las calles siempre seran tan concurridas pero todos estaban en su propio mundo, expresando su propia felicidad, su codicia o su responsabilidad .

El expreso a Gwanak-gu llegará por el andén tres .

Pero no importaba las veces que intenté sentirme bien, siempre era lo mismo. Pensaba que si estuviera en un lugar concurrido podría sentirse por lo menos un vínculo o que por lo menos podría ser de ayuda para aquel que lo necesite, pero siempre terminaba transportándome a ese horrible momento. 

Donde la gente gritaba, donde había llamas y gritos.... y de repente un silencio tan devastador que le dejaba el camino libre a la cruel sirena de la ambulancia llegar y como mi teléfono volvia a sonar una y otra ves luego de todo eso, sintiéndome roto, solo y completamente abandonado escuchando como aquel cuadro que tanto cuidamos era destrozado por mi.

Por favor no obstruyan las puertas... se van a cerrar

Abrí mis ojos lentamente y ya me encontraba dentro del tren, no me habia dado cuenta de que me encamine ya adentro de aquel lugar esperando por la próxima parada.

-¿has visto ese chico? 

-¿el de la capucha?

-si si, es muy lindo. 


No soy lindo...











La campana volvió a sonar con la respuesta de la hora libre para almorzar. 

Aunque eso no era un gran problema para tae, el estaba acostado, acomodado y completamente dormido hasta que lo interrumpe su mejor amigo. 

_Oye tae ¿vamos a comprar pan?-preguntó su amigo mientras lo samarreaba para lograr despertarlo y mirarlo, una tez pálida y ojos rasgados como los de un gato mientras en su mano derecha tenía su balon de basquet. 

Una promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora