✧ ─ XXIV

377 62 14
                                    

El hogar de los Una

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El hogar de los Una. ࿐ ࿔*:・゚
____•____

Johnny estaba de pie, el guardia que tenía que pasar para ir a la zona de abordaje estaba justamente frente a él.  Eran las doce de la noche, justo hace unas horas había llamado al buffet de abogados, anunciándoles su regreso.

Estar ahí de pie, tan solo le traía viejos recuerdos de cuando salió de Estados Unidos, era una masa de nervios andantes, que en aquella época de su juventud no sabía muy bien que hacía.

La cálida mano de Gyro se posó encima de su hombro, tan solo pudo verlo, y apretar sus labios en una fina línea. El Zeppeli le sonreía, tratando de transmitir esa confianza.

- Me harás falta, Johnny. - Le admitió el de cabellera larga. Gyro lo jaló hacía sí mismo, plantando unos cuántos besos en sus labios y rostro. - Más te vale avisarme cuándo estés con Diego.

- Lo haré. - Una sonrisa inevitable había aparecido en su rostro. - Tal como te lo prometí en la casa, te escribiré sin importar la diferencia de horarios.

- Que te vaya bien. - Gyro lo había soltado.

Johnny no se movió, realmente tampoco quería que Gyro dejara de darle cariño en público. Pero tenía un vuelo que abordar.

- Gracias. - Le había costado decirla.

Johnny se dió la vuelta, apretando con fuerza la correa del equipaje que lo acompañaría en el avión. No quiso voltear hacía atrás, realmente no deseaba que Gyro lo acompañara hasta el aeropuerto, sentía como si nunca más volvería a verlo.

- Buenas noches, señor, ¿Pasaporte?

Sacó las cosas que le pidieron, pasó entre los escaner de seguridad, y respondió cualquier pregunta acerca de los motivos de su viaje que le hicieron. Johnny tan solo sintió un vacío cuando ya estuvo sentado en el avión, observando como este despegaba, y como las cosquillas se alojaban en su vientre bajo, incrementando una emoción que no descifraba.

Las luces de Nápoles se proyectaban cada vez más pequeñas, los botes y cruceros se veían desde la bahía como pequeñas manchitas luminosas. Hasta el punto en que desaparecieron entre la oscuridad.

Estaba dejando en Italia a quién consideraba la persona más importante en su vida. Gyro no solo era su pareja, era su mejor amigo, su confidente, y quién lo aconsejaba en sus momentos más difíciles.

Por terquedad le había pedido que se quedara, ya era muy tarde para arrepentirse en ese momento. Aún así, Johnny tenía en claro que debía afrontar la tormenta que le esperaba en América solo.

El nacimiento de una estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora