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La charla entre antiguos socios

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La charla entre antiguos socios. ࿐ ࿔*:・゚
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Doppio se encargaba siempre de los cabos sueltos. Para él era necesario mantener un equilibrio en el negocio. Una paz, de la que solo el pelirosa era consciente.

Aún cuando habló de Diavolo de lo molesto que estaba resultando Risotto Nero, y el peligro que significaba que anduviera con policías, a su jefe pareció no interesarle mucho, cosa que lo enfadó.

No importaba aquella tonta película, ni el hijo de Dio Brandon, Doppio necesitaba saber que la circulación de venta y compra de personas estuviera bien.

Fue por eso que decidió encargarse en persona de Risotto Nero.

Una simple conversación. Aquella fue la idea principal, pero entre más se paseaba por la habitación, más ansiedad tenía por apretar el gatillo contra la sien del dueño del bar.

Dos suaves toques a la puerta, fue suficiente para que volviera a su faceta de tranquilidad. Una suave sonrisa se plasmó en su rostro al ver al peliblanco.

- Cuánto tiempo, Risotto. - Murmuró con calma, dándole el paso a la habitación. - Espero que ya te sientas preparado para todo lo que debemos aclarar. - Cerró la puerta tras de sí.

Nero lo miró de reojo, con desconfianza, Doppio suspiró, no era de extrañar que tuviera cautela. Después de todo, Vinegar solía reservar sus intenciones ocultas.

- ¿Cómo te enteraste? - Fue lo primero que le dijo Risotto, con voz ronca y la mirada clavada en él.

- Te vieron. - Lo señaló, mientras rodeaba la habitación y se sentaba en la cama. - Dos personas entraron a tu bar hace bastante tiempo, la policía no ha dejado de insistir en que vayamos a dar declaraciones ¿Sabes? - Fingió sobarse el puente de la nariz, como si tratara de despejar un dolor de cabeza.

- ¿La policía? - Nero frunció el rostro.

- ¿No sabes nada de eso? - Doppio lo observó, una suave risa emanó de entre sus labios. - ¡Parece que hablé de más! No importa. - Meció su mano, restándole importancia.

- ¿Dónde está Diavolo? Necesito hablar con él.

- Está ocupado. - Doppio fue tajante. - Con él que has venido hablar es conmigo. - Aclaró. - El jefe no necesita mezclarse con gente como tú.

- ¡Él me mandó a llamar! - Nero alzó la voz. - ¿Y está ocupado? ¿Qué clase de broma es esta?

Ambos hombres juntaron miradas, entre más segundos pasaban, Vinegar se podía dar cuenta del nerviosismo de Nero.

- ¿D-Dónde está Diavolo, Vinegar? - Risotto tragó saliva.

- Está ocupado, Nero. - Recalcó de nuevo con voz grave. - Deberías tomar asiento, no te ves bien.

El nacimiento de una estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora