C A P Í T U L O 35

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Jay.

MARATÓN 1/3

Rose Smith. 

Mis ojos se abrieron con lentitud al pasar mi mano sobre el lugar de Jungkook, extrañamente no se encontraba a mi lado dejándome desconcertada. Me incorporé sobre mi codo para tener un campo de visión más alto, al sentir la sábana blanca resbalar hasta llegar a mi cintura, la tomé cubriendo mi torso desnudo. La puerta de la habitación estaba levemente abierta, dejándome ver en su interior la sala de estar y más al frente la cocina. Un olor riquísimo a café inundaba mis fosas nasales, provocando que cerrara mis ojos para disfrutar aún más del delicioso aroma. Escuche cómo seguramente Jungkook movía algunos platos, pronto lo ví caminar hacia nuestra habitación con una bandeja en manos que me dejaba observar con claridad un desayuno con dos tazas de café. 

Sintiendo mis mejillas arder por el lindo detalle me volví  acostar en la cama cubriendo mi rostro sonrojado con las sábanas. Escuche los pasos de Jungkook acercarse a la cama, hasta que finalmente me abrazo. 

Descubrí mi rostro sonriente encontrándome con ese rostro tan atractivo que amaba tanto. Su cabello azabache revuelto apuntando a cualquier dirección, su sonrisa plasmada en su rostro haciéndolo lucir tan guapo como siempre. Beso mis labios en un beso corto pero lleno de emociones.   

—Buenos días pequeña —dijo Jungkook besando la punta de mi nariz, solté una risilla. 

—Buenos días —respondí sin poder borrar esa sonrisa de mi rostro, Jungkook volvió a dejar otro corto beso en mis labios— ¿Qué cocinaste? —pregunté mientras miraba la bandeja descansando en la mesita de noche.    

—Hice unos panqueques con relleno de chocolate y traje café, espero y te guste —describió Jungkook luciendo un poco tímido ya comenzaba a acostumbrarme al Jungkook tímido que poco a poco ha comenzado a dejar su caparazón.   

—Claro que sí Jungkook, Gracias —tomé sus mejillas besando su frente. 

Después de un largo desayuno lleno de interrupciones pero de una buena platica. Jungkook me comentó un poco sobre su plan para redimirse con aquellas chicas afectadas. Claro no lo hará con todas porque algunas dejaron la escuela mientras que otras se quedaron.

Realmente me sentía muy feliz por Jungkook, ya que finalmente había encontrado su luz, esa persona o ese " algo" por el cual luchar cada día. Quizá siempre estuvo ahí, solo necesitaba un empujón para salir a la luz. El hecho de que Jungkook quiera cambiar es realmente admirable. No cualquiera se sometería a un cambio mental.    

Finalmente me levante de la cama. Del ropero saque una pantalonera para estar en casa, acto seguido saque una camiseta negra de Jungkook para estar cómoda. Siempre que estaba con Jungkook se había vuelto un habito el usar la ropa de él. Ahora que vivíamos juntos se volvera una costumbre. 

 Tomé la bandeja con las sobras del desayuno dejando la habitación y con ella a un Jungkook tratando de conectar una de sus consolas de videojuegos. Al caminar hacía la cocina, busque con la mirada el sesto de la basura sin embargo falle en el intento. Frunciendo el ceño al estar confundida llame a Jungkook ya que él conocía mejor el departamento que yo. 

—¡Jungook! 

—¿Qué pasa? —respondió desde la habitación alzando la voz para poder escucharlo con claridad y ser audible para mi. 

—¿Y el bote de basura? —pregunté rascando mi nuca. 

—Si vas a tirar las sobras del desayuno tendrás que hacerlo en el basurero del edificio, en el departamento no se puede tirar la comida. Es una regla —respondió. 

APUESTA | JJK | BTS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora