Día 2

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—Merida, por Thor, hemos repasado esto cinco veces.

Elinor agarro el rostro de su hija para que volteara a verla, era la primera vez que a Merida se le complicaba tanto pasar un examen oral y todo por estar pensando en otras cosas. Ella sabia que su hija era distraída, normalmente se la pasaba haciendo garabatos en lugar de poner atención pero esto era diferente, Merida se movía demasiado, golpeando su lápiz contra la mesa y miraba hacía otros lados, sin duda algo la tenía muy ansiosa y no se atrevía a preguntar porque sabia que no tendría respuesta, ella y su hija ya no eran tan unidas como antes, cualquier cosita haría que se desatara una discusión, así que dándose por vencida fácilmente dejo que Merida se fuera, ya no tenía tiempo para seguir con esto, había cosas de reina que atender, la pelirroja se retiro con una advertencia de que mañana repasarían lo mismo una vez más.

Merida escapó lo más lejos posible encima de su caballo, necesitaba una distracción urgente que no le hiciera pensar en lo que hizo, porque Merida "en serio lo hizo y solo quería escapar de todo ello, no podía creer que su subconsciente la convenciera, ella no era así, necesitaba apoyo moral pero la única que sabía su secretito se encontraba a un viaje de barco lejos de Merida.

—Maldición ¿se puede morir de vergüenza?- trato de ocultar su rostro entre los cabellos de Angus, su fiel caballo, mientras este corría lejos del castillo.

Aun recuerda como esa loca idea estuvo en su cabeza varios días, estuvo ahí desde que su amiga Rapunzel le platico de los libros que solía leer, la mayoría de ellos eran de romance, un tema muy estúpido para ella pero jamás se atrevería a decir algo en contra, menos sabiendo que era importante para su amiga. Ellas de verdad habían formado una fuerte amistad gracias a las reuniones que a veces tenían entre los reinos, habían crecido prácticamente juntas, su amistad era de años, así que Rapunzel era la única que sabía del interesante enamoramiento de la pelirroja, e "interesante" porque a veces la rubia no sabía si en serio lo quería o no lo soportaba, ella salía con que "me gusta pasar tiempo con él" mientras se sonrojaba y otras veces era como "es un grandísimo idiota", así que Rapunzel solo podía pensar que era un amor "peculiar" y estaba dispuesta a ayudarla.

Y si, bueno, hace unos renglones se dijo que para Merida el tema era estúpido y sus sentimientos no hacían que pensara diferente.

Rapunzel le dio varios tips para que ella pudiera declararse para el amigo que ella todavía no tenía el honor de conocer, especialmente porque ese amigo no vivía en su reino, al perecer era un vikingo de la isla de Berk y no cualquier vikingo sino nada mas que el hijo del jefe, Rapunzel había leído mucho acerca de la gente de esa isla, especialmente que eran unos brutos y dueños de dragones, así que el tema se volvía cada vez más peculiar.

Merida quedaba asqueada con cada uno de los tips que le decía su amiga, bueno, más avergonzada que asqueada, la pelirroja no se veía haciendo nada de lo que Rapunzel le aconsejaba pero esta siguió soltando opciones hasta que al parecer dio en el blanco, o más bien, la idea no sonaba tan mal.

—¿Y si le escribes una carta?

Y bueno, los siguientes días ninguna volvió a tocar el tema pero Merida no olvidaba, sus sentimientos crecían en lugar de desaparecer, pensó que contándole a alguien la intensidad de su corazón bajaría unas tres rayitas pero al parecer este le pedía que se lo dijera a él, no a una amiga, así que paso, realmente paso, ella lo hizo, y si en el pasado alguien le dijera que lo haría Merida se hubiera reído en su cara porque no pensaría que algo así pasara, pero paso y ella lo hizo, joder, lo hizo. Le tomo días escribir la carta por que- bueno ¿como llenar una carta diciéndole tus sentimientos a la otra persona? Merida quería poner algo más que "me gustas" y se puede decir que lo logro, después de varios días lo logro.

Mericcup Month 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora