Día 24

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El viento soplaba con fuerza y la tormenta se volvía cada vez más salvaje, moviendo los mares peligrosamente, ningún vikingo tenía que estar volando sobre su dragón con ese clima pero Hiccup Haddock lo estaba haciendo. Le fue difícil quedarse cómodamente en su casa sabiendo lo que estaba pasando en DunBroch, la princesa había desaparecido.

A Chimuelo le dolían las alas, las gotas tapaban su vista y el aire hacia más pesado su camino, con cada gruñido es como si le dijera a su jinete que en serio no podía pero este no hacía nada más que animarle, diciéndole que faltaba poco para llegar y, bueno, el dragón no era tonto, sabía que eso era mentira, se sabía el camino a DunBroch a la perfección, era el viaje más solicitado. Y a Hiccup no le importaba nada, ni el clima, ni el dragón, ni su propia vida, en lo único que podía pensar era en Merida, Merida y nada más que Merida, ella estaba ahí perdida y la peor parte es que él no estaba a su lado, Merida era la prioridad.

Una vez que lograron aterrizar Hiccup fue directamente a buscar a los padres de la muchacha con la pequeña esperanza de que le dijeran que su hija estaba en casa sana y salva, pero no sucedió, la reina estaba enojada con todos porque su hija no estaba e Hiccup no fue la excepción, quien termino teniendo parte de la culpa. El rey tampoco estaba y la mayoría de los soldados tampoco, no hacía falta informar que estarían en diferentes lugares del reino buscando a la princesa e Hiccup quiso hacer lo mismo, se odiaba mucho en ese instante porque Chimuelo estaba agotado y debía pedirle que saliera a la tormenta con él otra vez, pero aún así lo haría y sometería a su dragón a más fuerza corporal que no podía dar, una vez que estaba listo para despegar una vista rápida le detuvo, en el establo real y ¿era quién él creía que era? Hiccup bajo de chimuelo y se dirigió al área de los animales, donde puso observar mejor lo que había captado su atención, el caballo de Merida estaba ahí, ese era Angus, ella ni siquiera había llevado a su caballo consigo y no sabía por qué exactamente pero eso le hizo preocuparse más.

—Chimuelo, ven aquí amigo.

El dragón obedeció y se adentro al gran establo de la familia real, asustando a algunos animales y otros se le acercaban curiosos, haciéndole enfadar.

—Tú descansa aquí ¿de acuerdo?

Chimuelo estaba un poco confundido e inseguro si obedecer o no pero Hiccup supo convencerlo. Hiccup montó a ese enorme caballo negro, tomando una de las muchas capas que estaban junto a la entrada, seguramente para los empleados, todas lucían igual y él necesitaba algo para no mojarse tanto, no más de lo que probablemente ya estaba. El dragón lo vio partir aún preocupado.

Angus acepto y obedeció sin problemas al vikingo, ya conocía bien a quién lo estaba montando. Corrían por todo el reino y los alrededores del reino, no sabiendo por donde empezar o por donde terminar, no sabía que tan lejos pudo haber ido su amiga sin ningún medio de transporte, lo había hecho muy bien, eso le preocupaba. Hiccup estaba perdiendo la Fe, no sabía cuantas veces había repetido los lugares pero nuevamente estaba en las zonas más desiertas de DunBroch, contando con solo un pequeño puerto para la población más pobre, un barco en el que no cabían muchas personas pero que de todos modos se iba a llenar estaba listo para zarpar.

—Es la tercera vez que lo veo aquí- un viejito de baja estatura le hablo a sus espaldas, Hiccup miró hacía atrás, aún arriba de Angus —ya le dije a usted y al rey que la princesa no esta aquí y están poniendo nerviosos a mis tripulantes, deben dejar de hacer tanto escandalo.

—Disculpe pero la princesa esta perdida y-

—No pida que me preocupe por autoridades que no se preocupa por gente como nosotros, gracias- después de eso el señor se retiro.

Hiccup frunció su ceño y bajo de Angus, quitando la capucha de su cabeza, sin importarle que las gotas siguieran cayendo, eran más suaves pero el viento seguía haciendo de las suyas y los truenos lastimaban sus oídos, y todo eso no importaba porque Merida seguía perdida, Hiccup suspiro.

Mericcup Month 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora