Día 9

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Hiccup era un chico jodidamente inseguro y Merida no sabía que hacer para ayudarle, en su apariencia, sus actitudes y sus decisiones dudaba siempre de si mismo y se decía que era un inútil bueno para nada.

—A veces me gustaría presarte mis ojos para que vieras lo equivocado que estás.

Hiccup le regalaba un sonrisa y con eso Merida ya tenía para ser feliz todo el día, aunque aun así se preguntaba si en serio ella le ayudaba con sus palabras.

Hiccup estaba hasta el inicio de la fila en el salón de clases, junto a su grupo de amigos y Merida le analizaba desde la última fila, quería saber si estaba bien, si ahorita mismo él esta pensando en el tan chico genial que es u otra vez su poco amor propio esta atacándole, no era buena idea preguntarle.

—Que discreta eres- hablo sarcásticamente uno de sus amigos, pelo largo y un fuerte olor a colonia.

—No me importa si lo nota.

Y ambos sabían que no hablaban de que lo estuviera mirando exactamente.

—Uff ¿cuando serán novios ustedes dos?- y pasando a con Hiccup, uno de la segunda fila inicio conversación.

—¿Uh?

—Por Thor, Hiccup- Patán señalo hacia atrás con su mirada, Merida esta cuchicheando con un compañero que conocía bien, ese chico siempre se esforzaba para no pasar desapercibido, ellos estaban hablando como si fuera un secreto importante mientras lo volteaban a ver. Nada inusual, al menos Hiccup agradecía que no lo criticaran en su cara.

Y aunque se tratara de una de sus amigas, Hiccup se reviso discretamente, esperando a que no estuviera nada mal con él, porque sí, había veces en las que pensaba que no podía tener amigos cien por ciento fieles, él no lo valía.

Astrid vio su desesperación, siendo Hiccup, de nuevo.

—No, no, no. Él no habla de eso- Astrid se inclino, poniendo una mano en su hombro —ella te mira porque en serio le gustas.

¿En serio? Sus amigos si que estaban mal.

—Ella no siente nada por mi- Hiccup sonrió, un poco triste —es imposible.

—Cierto, no eres el mejor partido- esta vez hablo Brutilda, Astrid le miró enfadada —pero sí, le gustas, esa chica tiene malos gustos.

—Pero hay que aprovechar esos defectos para no quedar en la soltería- Brutacio le apoyo.

—Ustedes dos deben parar de hablar- Astrid le dio un golpe al hermano rubio.

Patán puso su brazo sobre los hombros de Hiccup —animo tigre ya la tienes a tus pies.

—Yo no-

—Oye, muchos quisiéramos estar en tu lugar, no lo desperdicies- aun lado suyo opinó esta vez Patapez.

Después del timbre literalmente todos lo arrastraron para que se encontrara con la pelirroja, Hiccup no quería, sabía que sería rechazado, no quería perder lo poquito que tenía con Merida.

Encontraron a la chica sola, sentada bajo un árbol y con auriculares puestos, Astrid le empujo para que se animara y aviso que lo estarían esperando en las bancas, por Thor él no quería esto. Se acerco hasta ella, nervioso, Merida en cuanto lo vio apago su música, prestándole atención.

—¡Hey! ven, siéntate- con unas palmaditas al pasto Hiccup obedeció —¿qué pasa?

—¿Uh? ¿Qué? No, no pasa nada, solo vine ¿por qué debería pasar algo?- estaba sudando, Merida alzo una ceja.

—Luces como si quisieras decirme algo ¿esta todo bien?

—Si, si uhm, si ¡bien!- Hiccup miró discretamente hacia atrás, esperando que no los estuviera viendo nadie pero su grupito estaba a lo lejos alzando sus pulgares, apoyándolo, vaya suerte de mierda —es solo que- uhm, bueno- cabizbajo, jugaba con el pasto entre sus dedos, como si fuera lo más interesante del mundo.

—¿Seguro?

—Es que mis amigos, ellos, ah-

—¿Qué pasa con ellos?

—Dicen cosas y eso- le empezaron a sudar las manos —cosas raras y-

—¿Te están molestando?- Merida se puso en guardia, lista para ir a patear traseros. Hiccup se altero.

—¡No! No esa clase de cosas.

Hiccup vio que por impulso puso ambas manos sobre el brazo de ella, las quitó rápidamente, avergonzado. Merida trato de ignorar sus cachetes rojos lo más que pudo.

—¿Qué cosas dicen entonces?

—Ellos, solo- empezó a reír, nervioso, intentando contar con gracia la situación pero estaba viéndose como un maniaco —ellos dicen locuras ¿sabes? Como que yo podría gustarte.

Hiccup no dejaba de reírse, no notó cuando se amiga se puso blanca.

—Es una locura ¿verdad? Tú eres una chica genial así que te fijas en chicos geniales.

Ok, ahora Merida si parpadeo para poner los pies en la tierra, Hiccup no podía hablar en serio.

—No saben lo que dicen esos chicos.

—¿Y qué si es cierto?

—¿Uh? No, no es cierto, lo sé, tranquila.

Hiccup se estaba poniendo de pie, Merida no podía dejar su pequeño shook de lado.

—Bueno, me voy, ellos están esperándome en las bancas.

—¡Oye, espera!- le tomo de la muñeca —a lo que me refiero es que es cierto.

—No tienes que mentirme, esta bien, estoy bien- sonrío —a ti te gustan los chicos geniales.

Merida se enojo.

—¿Pero quién diablos te crees para decir quien me gusta?- y esta vez Hiccup se quedo sin habla —a mi me gustas tú y ni siquiera tú o alguien más se va burlar de eso.

Ceño fruncido, apretando su muñeca, le dolía pero antes de pensar en ello tenía que procesar todo lo que estaba pasando.

Merida, ella hablaba en serio.

—Es que, yo, no lo creo.

Rodó los ojos —no seas idiota.

Y el siguiente movimiento no lo veía venir, Merida le tomo de la barbilla para besarlo, esta besándolo, debería estar mal esto de alguna manera pero el beso hacía que su cerebro se trabara. Hiccup tenía que detener esto y así lo hizo.

—Oye, espera ¿estas segura de que-

Y ella tomo su cabeza para besarlo de nuevo, esta vez con más ganas, impidiendo que escapara.

Hiccup seguía sin creerlo.

Mericcup Month 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora