Quīndecim

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La pena y la valentía


Ya habían pasado varias llegadas de Mallva desde que el ataque de la debilidad acechó por primera vez los pasillos del palacio de Elfman, fue justo en ese momento en que se conocieron los primeros indicios de vida y mejora de Dendrofilia, pero por el contrario a lo que se pensaría la mejora para los recién llegados no se veía próxima.

Se les había separado por temor a que al mantenerlos juntos se lograran hacer daño de alguna manera. Era tonto e inclusive estúpido porque desde su llegada por alguna razón sus mejoras o sus desdichas eran iguales a la del otro.

Juvia por otra parte permaneció más tiempo con Dendrofilia que con Nictofilia pensando y hablando a lo que parecía una nada, pero que en ese nivel mental que solo él podía alcanzar comprendía o al menos trataba de comprender las razones por las cueles Boris no podía partir de ese limbo en el que permanecía.

De alguna manera acompañando al este último poderoso se trataba de convencer que permanecer lejos de Nictofilia le haría más llevadero el momento en que se tendría que alejar por completo de ella. Creía de cierta forma que no sería tan insoportable el dolor que sentiría al alejarse de ella por completo.

Que este tipo de actuar lo prepararía y con eso podría llevar una vida plena, aunque infeliz.

─Pareces preocupado Juvia ─habló por primera vez en el día Boris ─ ¿Qué es lo que te tiene así?

─ ¿Ahora serás mi confidente? ─habló sin mirarlo.

─Si es lo que quieres que sea, lo seré.

─Lo lamento ─se disculpó y se acercó a su cuerpo ─, no debí hablarte así Boris.

─Tranquilo.

──No se puede estar tranquilo si se ama a la persona incorrecta ─dijo al aire cálido de la habitación ─, no se puede andar con paz por estos pasillos cuando sabes que lo que has hecho ha sido incorrecto.

─Pero hay algo en lo que se puede mandar u ordenar.

── ¿Y qué es eso en lo que no se puede intervenir? ─preguntó.

─El corazón ─ contestó.

Para los adentros y confines del limbo en que se encontraba Boris el parecía caminar por los extensos caminos del Bosque que lo vio crecer. Recorría cada sendero descalzo sin la preocupación de que algo lastimara sus pies o no; para él parecía la actividad más hermosa y relajante que deseaba quedarse ahí hasta que a él llegaban los recuerdos de su cuerpo y todo lo que quería era que salir de ese lugar que por primera vez de una manera muy extraña le había brindado la paz que hace mucho había estado buscando.

Sabía que su decisión de quedarse o no dependía de si quería vivir y enfrentar la realidad o morir y vivir en la comodidad de una paz falsa con recuerdos corpóreos de fatal accidente que aún no comprendía.

─Supongo que ese pensamiento viene de tu hogar ─le dijo ─, aquí en Elfman no pasa de esa forma.

─Entonces ¿cómo sucede en Elfman? ─le preguntó curioso mientras comenzaba a trepar un enorme pino ─Aun sigo sin entender tu referencia hacia eso que llamas Elfman, Juvia.

Juvia se sentó a un lado del cuerpo inerte de Dendrofilia y comenzó a narrar las normas por las que se regían en Elfman, algunos de los proverbios más antiguos y sobre lo que los Elfmanian llamaban et amor attraction. Confesó con pena que el amor se desarrollaba luego de que el Unio era efectuado.

Explicó por varios minutos como los Elfmanian preferían la mayoría de las veces no conocer el aspecto del alma con quien pasarían el resto de su vida, antes del Unio, pues de esa manera no se predisponían al acontecer negativo de la vida de unión entre dos almas desconocidas. La afinidad era desarrollada con el pasar y el trabajo de días de comprensión y entendimiento de las diferencias entre las almas desconocidas.

Forum Filias. 1 El comienzo de una nueva era y los tres poderosos.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora