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Izuku Midoriya

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Izuku Midoriya

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Seis años después de la despedida.
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Había viajado por Europa por un año, pero la información que quería aún no era suficiente, dedique un año recolectando datos que me ayudaran a encontrar un punto débil en All For One, un hombre que ha vivido más de 300 años, que tal parece que no tiene debilidades, pero si mi teoría es cierta, todo quirk debe tener un límite, debe de tener un punto vulnerable para poder coexistir.

All For One es un hombre que ha vivido desde la primera generación de quirk, un hombre con demasiada experiencia y sabiduría, ¿Qué podría hacer yo?

"Mi poder fue heredado como una antorcha sagrada que pasará a la siguiente generación".

Es cierto.

Han sido ocho portadores de este increíble poder, y debo poder manejar a la perfección los seis quirks, pero, solo he tenido contacto con un quirk de estos.

Había pasado ya un año. Un año en donde no sabía nada de mis amigos, no sabía nada de All Might, mi madre había entendido mi viaje y sabía que no debería de preocuparse por mí; Kacchan, bueno, no es como si se preocupará por mí -eso creo-, pero el resto de mis amigos y compañeros me inquietaba.

La única persona que me llamó fue Mina, pero, al escuchar el sonar de mi celular entre en pánico. Luego, pensando bien la situación deduje que debió haber sido por...

Ochako.

Tiene sentido ya que ella junto a Tsuyu-chan son las mejores amigas de Ochako, supongo que ella les comentó todo. También había recibido una llamada de Iida-kun, me había llamado tres veces en tan solo una semana, pero al no responder la llamada dejo de insistir.

El remordimiento me consumía que lo mejor que hice fue comprar un nuevo celular y apagar el otro. Además, la tortura de ver la galería de mi celular y tan solo contemplar cada imagen de los momentos que pasamos en la UA solo hacía que mi corazón se estrujara más.

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-Muy lento -me dice enojado mi maestro Laoshi. Me ha dado un golpe en la cabeza con una vara de madera.

Había entrenado por cinco años con el maestro Laoshi. Nuestro encuentro fue algo extraño. Al no tener información suficiente, decidí realizar otro viaje con la oportunidad de encontrar un maestro, pero no tenía que ser cualquiera, debía ser uno que domine el espíritu; la fuerza física y mental.

Realice el segundo viaje y me encaminé a China, este país es conocido por ser muy tradicional y tener conocimientos espirituales. Viajé entre ciudades y aldeas, pero no encontraba un maestro -solo había héroes-, así que cansado, decidí ir a las montañas y caminé entre los campos.

Y finalmente lo vi.

Un hombre de edad avanzada se encontraba de pie en una gigante roca, creí que estaba meditando ya que tenía sus ojos cerrados, pero, grandes piedras se dirigían a él, yo acudía a su ayuda, pero el hombre hábilmente había esquivado cada una usando movimiento de artes marciales.

Pandora -IzuochaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora