just... [WowKwan]

13

-Hable con Hyunsuk- dijo Chan al llegar a su casa mejor dicho, al haberse acomodado en el sofá- me dijo lo de tu madre y lo de Sehyoon, así que solo quiero hacerte una pregunta y quiero que respondas pensando en lo que tú quieres, se vale ser egoísta- podía sonar tranquilo y amable pero su mirada podía golpearte y dejarte llorando con solo unos segundos de contacto visual, asustaba.

-Esta bien- se acomodó junto a Chan en el sofá, estaba nervioso, pocas veces había visto a Chan controlarse así. Cuando estaba molesto simplemente gritaba y le decía sus verdades a quien tuviera el valor de hablarle.

-¿Cuando piensas en tu futuro que ves?- era fácil.

-Quiero que mi primer libro sea publicado, terminar la universidad y viajar durante meses, conocer un pedacito del mundo- sonrió al imaginarse en ese paisaje tan único que Kioto, su lugar favorito, le ofrecía a los visitantes; algún día visitaría ese lugar él mismo y no solo a través de vídeos y fotografías que alguien más compartía.

-Gracias- fue lo único que dijo su amigo antes de mirar la pantalla de su celular.

-¿Por qué preguntas te eso?- realmente no entendía por qué su mejor amigo actuaba así y necesitaba saberlo.

-Estudiar, trabajar, viajar- respondió el pelirojo, su cara de confusión alentó al menor a explicar se mejor- en ningún momento mencionaste una familia, mucho menos el ser padre.

Byeongkwan no se había dado cuenta de eso, llevaba días haciéndose a la idea de la familia que tendría, que no había pensado nuevamente en lo que había planeado para sí mismo.

-Acabo de confirmar una cita- mencionó el menor- hay una clínica de abortos que según lo que investigué es muy buena, es en unos días- le dio tiempo de procesar todo, no quería presionarlo pero no tenían tiempo que perder-. Es tu decisión pero el tiempo te está jugando en contra; eres mi mejor amigo y lo sabes así que sin importar lo que decidas yo te voy a apoyar- entrelazó sus manos con las del rubio- ya sea que quieras que vaya contigo a esa clínica o te ayude a cambiar pañales- Chan hizo una cara de asco haciéndolo reír sin siquiera haberlo intentado - sabes que no, me arrepentí, yo seré el tío que consienta y mal crie al niño que Junkyu o Hyunsuk se encarguen de esas cosas-.

Sabia que su decisión le traería muchos malos ratos pero también sabía que tenía a sus amigos para apoyarlo aunque tuviera a su familia en su contra, aún así no podía dejar de temblar. Chan le estaba dando el empujón que necesitaba para no volver a ceder a lo que su madre y Sehyoon le decían.

-Gracias- definitivamente estaba asustado de las reacciones que tendrían al enterarse.

-¿Gracias?- pregunto sarcásticamente el menor- ¿Crees que esto es gratis? No mi amor, me vine sin desayunar por qué Hyunsuk me despertó muy temprano y yo necesitaba llegar antes que tu madre despertara así que no, esto no es gratis yo voy a ir a asaltar tu refrigerador y preparar algo rico para irnos bien comidos al trabajo.

Byeongkwan solo miró a su mejor amigo ir a su cocina donde el refrigerador sería asaltado justo como había amenazado.

El tiempo había pasado rápido, eran casi las diez de la mañana y su madre recién iba despertando y como era de esperar le sorprendió ver a Chan durmiendo en el sofá.

-Buenos días- saludo Byeongkwan apenas vio a su madre entrar a la cocina.

-¿Que hace Chan aquí tan temprano?- preguntó. A su madre realmente no le gustaba Chan pero con el tiempo había aprendido a fingir o al menos disimularlo.

-Solo vino a visitarme- respondió mientras seguía preparando algo para los tres. Había comido junto a Chan hace hora y media pero tenía ganas de preparar algo rico para su amigo cómo agradecimiento por todo lo que hacía por él.

Con su madre visiblemente molesta por la visita de Chan terminaron aquel mini buffet que un feliz Byeongkwan había preparado.

-¿Chan por qué tardas tanto?- gritó desesperado- Se nos va a hacer tarde y nos van a regañar de nuevo.

-Deja de gritar- dijo el menor al salir de la habitación- no encontraba mi calcetín y andar con un pie desnudo no era opción- se excusó mientras tomaba la lonchera que Kwan le ofrecía.

Ambos salieron de la casa sin despedirse de la mujer que con su mirada de desaprobación los miraba marcharse.