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Maratón(4/4)



NY.-.

Me lancé a mi cama ni bien llegue a mi cuarto, me dolían las piernas, brazos, ¡Todo mierda!

- ¿Qué le pasa a Jungkook? -me pase una mano por mi cara algo pegajosa- ¿En qué momento lo traté mal?

Mi celular vibro, y a la vista el mensaje.

- Mañana también hay que hacer ejercicio no te escapas.

- Jódete -lancé mi celular a mi lado.

Me puse de pie, dispuesta a darme un baño, ¿Dispuesta? ¡Tengo que darme un baño!

Me quité mis prendas y encima me puse una bata crema con mi toalla, entre a mi baño VIP y abrí la regadera poniéndola temperada, salí para tomar mi celular y poner música, pero volvió a vibrar.

- Báñate con agua fría.

- Que te jodas mierda -apreté mi celular en mis manos y apagué a la vez, las ganas de escuchar música se esfumaron- no quiero... -hice un puchero a la ducha, cerré una manija, sintiendo mi mano el agua helada- si mañana te veo Jeon Jungkook te pellizco -me quite la bata- 1... -suspire y tome aire rápido- 2... -cerré los ojos entrando a la ducha percibiendo, chiquitas gotitas- ¡3! -entre al agua y con las mismas salí- ahí que valgo madres.


(...)


Me envolví en mi bata y mi cabello en la toalla, salí de mi baño y busque un pijama, saque la ropa y la puse en mi cama.

Ni bien tenia las prendas, empecé a secar mi cabello con el mismo que envolví, tire mi cabello hacia adelante, agachándome un poco y seguí rascando con la toalla.

Un poco húmedo lo sentí luego de diez minutos así. Fresca. Ganas de dormir.

Y no lo dude.


(...)


Mi alarma sonó igual que ayer, y de lo que me dolía ayer, que al parecer era nada, ahora me duele como jisus seas, apenas y me podía mover.

- vuelvo a jurar que te pellizco Jeon -susurre.

Las pocas fuerzas que tuve, las usé para levantarme, y me quede ahí parada.

Bostece y camine a mi armario, sacando un buzo negro, polo celeste grande y unas zapatillas deportivas blancas, amarre mí cabello en una coleta baja y empecé a llenar mi termo de agua, agarre una mini mochila que encontré por ahí y puse mis llaves, lo que sea.

Encendí mi teléfono, lo cual apagué y salí de mi habitación. Nadie por el pasillo, algo silencioso, y me gusta, conecté mis audífonos a mi celular y empecé a bajar por las escaleras de emergencia.

Y bueno la misma ruta que tuve dos días seguidos, esperando bajo el toldo blanco que tenía el mercado Chan-in.

- Pensé que no vendrías -rodee los ojos al escucharlo.

- Si quiero cumplir con esto, tengo que hacer caso -bostece.

- Eso quiere decir -paso una mano a su mentón- que te bañaste con agua helada.

- Sí y también - me acerque a su lado para agarrar su piel en mis manos y apretar con la fuerza que tenía.

- ¡YA! -se alejó, sobando su piel, frunciendo sus cejas y mordiendo su labio inferior.

- ¿Vas a decir que no te lo mereces? -entre cerré los ojos.

- Avanza de una vez -empujo mi hombro.

- Llorón -reí bajó.

- A ver si yo te pellizco pues -se puso a mi altura y mirándome de reojo y yo sin una pizca de vergüenza mirándolo a los ojos.

- Deja de quejarte, a ti no te duelen los músculos -guarde mi celular en mi mochila.

- ¿Puedo...

- No -corte su pregunta.

- No me dejaste terminar -alzo sus hombros.

- Y no, no te iba dejar hacerlo.

- Gruñona -susurro.

- Sabes... -voltee a verlo, ya que lo había dejado de hacer- la distancia que tenemos no están corta y puedo escuchar todo lo que susurras, así que me vuelves a decir gruñona y te coso la boca.

- ¿Por qué andas de mal humor?

- A ti, ¡Que te importa!

- Ah... -suspiro rascándose la nuca- me hubieras dicho y no te hubiera dicho para que vengas.

- ¿De qué hablas? -lo mire confundida.

- No te preocupes, puedes ir hoy a descansar y cuando se te pasé, retomamos los ejercicios -sonrió y seguía sin comprender.

- Puedes decirme en que piensas.

Sentí como se acercó a mí, sintiendo su aliento cerca, pero tan cerca...

- Te vino, lo que le viene a cada mujer -se separó y abrí mis ojos.

No perdí ni un segundo y agarre su oreja, jalándola hasta mi altura, escuchando sus quejas, pero no haciéndoles caso.

- Vuelves a pensar así -susurre- y te cortó los brazos y piernas, se lo doy a mi perro.

- ¿Tienes perro? -jale más su oreja, dios, que tan estúpido puede ser- ya, ya, ya, ya, ya... no vuelvo a pensar así, pero por favor suelta mi oreja, siento que me dejas sin una.

Suspire y la solté.

- sentí pena -aclaré.

- No dije nada -se sobo el lugar al rojo.

- Bueno no perdamos tiempo -camine por el cierto parque.

Algunas personas ya estaban en las calles, me golpeaba mentalmente por no haber traído un cubre boca. Las personas pasaban por mi lado y algunas, mayormente chicas, me resbalaban con la mirada, para luego posarla mi costado, sabiendo que miraban a este joven desquiciado, maldito, niño... todo lo que no quiero decir, todo eso.

Llegamos al parque de ayer y nos adentramos, pasando por los caminos y llegando a unas rejas plomas, la cual abrimos en la entrada y cerro Jeon a la vez. Caminamos lo que tendría ser la cancha de vóley y básquet y llegamos al lugar donde tenía que correr diez vueltas.

- Calentemos -escuche atrás de mí y asentí.

Un estiramiento de brazos y piernas, pequeños trotes en mi lugar.

- ¿Lista? -me miro.

- No tengo otra alternativa -me encogí de hombros.

- Bien dicho -río- terminamos las diez vueltas y te digo un secreto mío.

- ¿Qué ganó con eso? -camine donde estaban las líneas blancas, entrando en la posición tres y el a mi lado, casilla cuatro. Espere un momento a su respuesta y al no escuchar nada gire mi cabeza a mirarlo.

- Te ganas mi amistad -extiende su brazo a mi altura, queriendo que yo la estreche.

- Mmh... -asentí, estrechándola y soltándola- pero mi amabilidad jamás, listos fuera -empecé a correr.




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no se si ustedes sabrán pero, me entere antes de ayer creo... los padres de Ana y Elsa a perderse o morir creo no se, llegaron a una isla y en esa isla nació tarzan, yo cuando escuche eso me quede tonta, ¡¿Disney que esta haciendo?¡

espero les haya gustado el maratón, y la paciencia que tienen con esta historia

_I am yellow for you💛💛

LO QUE PESA EL AMOR // NayKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora