II

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El cumpleaños número 11 de Gilbert se aproximaba, ya estaba entrando en el mes de diciembre, por lo que a Sonia sólo le quedaban 12 días antes de que este llegue.

Pero ahora no es el momento, ya que se encontraban en la escuela, la pequeña se encontraba leyendo mientras que el resto de los niños se encontraban jugando por todo el espacio. Las niñas estaban charlando en las esquinas, un grupo de niños estaba jugando con unas ramas en el patio y el otro grupo con una pelota. Pero todo eso no importaba, ya que en su mente lo único que sucedía era el libro de Mujercitas que había robado de la extensa biblioteca de su tía. De la nada apareció Gilbert sentándose a su lado comiendo una manzana.

- ¿Qué haces? - le pregunto con la boca llena de comida, ese era un hábito que, tanto su padre, como la señora Lethur y ella, se esforzaban en cambiar, pero el joven de cabello castaño evadía.

-Gilbert, traga antes de hablar. - le pidió tranquilamente a su amigo. Algo que Sonia nunca iba a dejar de ser era ser tímida y completamente respetuosa, en todos esos años de amistad Sonia nunca levantaba la voz, ni siquiera cuando gritaban. En clase, por ejemplo, siempre estaba callada y prestando atención, en si era la segunda alumna favorita de su profesor, el primero era Gilbert, el niño de puros 10. - Gracias, para responder a tu pregunta, estaba leyendo.

- ¿Qué libro? - preguntó antes de darle otro mordisco a su manzana. Sonia Ríos aceptando el hecho de que no podría seguir su lectura en esos momentos.

-Se llama Mujercitas, se trata de...

-Mujercitas. - la interrumpió Gilbert sabiendo a la perfección que su amiga se podría quedar horas y horas hablando sobre el tema. Ambos se rieron y Sonia le robó la manzana que estaba comiendo para darle un mordisco a ella. - ¡Ey! Eso es mío. - se quejó el joven.

-Gilbert, cultivar manzanas. - le respondió con serenidad.

-Pero aun así la estaba comiendo. - siguió quejándose como un niño pequeño. Era muy gracioso como se llevaban 1 año y 2 meses, Sonia era mil veces más madura y seria que Gilbert, quien solía tener una actitud más aniñada.

-Tienes otra manzana en tu mochila. - dijo antes de darle otro mordisco a la manzana.

- ¡Pero, Sonia! - gritó el joven mientras buscaba en su mochila la otra fruta.

-Shh... Gilbert, no grites. - le reprendió su amiga haciendo que él la viera de mala manera.

-Gilbert, ni gritos. - la imitó antes de darle un mordisco a la fruta. Ambos se rieron por la actitud del niño y siguieron comiendo un rato. - ¿Hoy vienes a casa? - le preguntó.

-No lo creo, tengo ballet en Charlottetown y después tomamos el té. - le respondió. Aunque lo que dijo era verdad, no solo se quedarían en la ciudad para eso, tanto la señora Lethur como Sonia esperaban poder encontrar el regalo perfecto para el chico

-Oh, está bien. - respondió antes de seguir comiendo. - ¿Quieres ir a fuera? - le pregunto cuando ya habían terminado de comer.

-Mm... Está bien. - respondió la niña haciendo que ambos se levantaran de sus asientos.

Al salir el frío clima de diciembre los golpeó a ambos haciendo que Sonia se abrazara a sí misma. Gilbert y Sonia se acercaron a un grupo de niños, los que estaban jugando con el balón eran los más amigos de Gilbert y, por ende, de Sonia.

MY PRETTY LADY |G.B.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora