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Abril

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Una semana y media había pasado y las audiones se realizaban dentro de un día al igual que los exámenes para Queens y Sorbon, los nervios se podían oler en el pueblo de Avonlea. Sonia no había parado de practicar, ensayaba todo el tiempo que estuviera despierta y cuando dormía inconscientemente soñaba con su coreografía. Estaba obsesionada. Su mente no se despegaba de eso, además de que lo utilizaba como método para desconcentararse con lo que sucedido con Gilbert.

Después de su beso y demás cosas, se habían centrado ambos en sus respectivas carreras. No se habían podido ver demaciado ni nada, ya que ambos estaban concentrados en sus respectivos futuros. Pero igual simpre hacían un pequeño hueco a la noche para verse. Se veían antes de cenar, en un prado a mitad de camino de sus casa, solo charlaban. Eran un apoyo mutuo. Pero, a dos días de sus respectivas pruebas ambos decidieron cenar en la casa de Gilbert, pasar una última noche juntos antes de que su desesperación iniciara. Lamentablemente los gritos de Bash y Hazel, según lo que le había contado Gilbert ellos discutían constantemente, los habían despertado. Siempre se chocaban con si forma de ser.

-Lo siento.- dijo Gilbert con voz ronca y abrazandola.

-Tranquilo, no pasa nada.- le contestó antes de besar su mejilla, pero Gilbert no pareció reaccionar ya que se había vuelto a dormir.- ¿Gil?- lo llamó Sonia.- Creo que hay que levantarnos.- le dijo mientras trataba de que se despertara de nuevo.- Gilbert...

-Aun no.- le contestó en un susurró.- Es muy temprano.

-No, no lo es. Creo que son pasadas las 9.- le contestó mirando el reloj que estaba del otro lado de la habitación.

-Mentira.- dijo como niño pequeño haciéndola reír.

-Veelo por tu mismo.- le dijo con voz desafiante y Gilbert rápidamente se sentó y miró el reloj.

-Bueno, puede que tengas algo de razón.- le contestó haciéndola reír y como tan contagiosa era la risa de Sonia para Gilbert, él también empezó a hacerlo.

-Bien, hay que levantarnos.- dijo y ella se levantó de la cama yendo a buscar su vestido para quitarse su pijama.- Me voy a cambiar al baño.

-No, tranquila, yo voy.- le dijo antes de tomar su muda de ropa e irse. Gilbert llegó al pequeño pero eficiente baño de su casa y de saco el pijama para ponerse su camisa, pantalones y chaleco, era pleno Junio y el calor se sentía. Aún estaba muy cansado, pero eso no evitó que su felicidad siguiera en pie, él estaba en una cierta relación o algo así con Sonia, quien el aseguraba que era el amor de su vida. Silbando un poco bajo las escaleras y llegó a la cocina donde Hazel estaba haciendo el desayuno.

-Buen día joven Blythe.- le saludo la mujer.

-Buenos días, Hazel.- le respondió, decidió no recriminarle el hecho de que no tenía porque llamarlo así, que con decirle Gilbert estaba bien, pero lo pensó dos veces. Hazel estaba a nada de ver bajar a Sonia, de su habitación, donde habían pasado la noche juntos, seguramente le daría un paro cardiaco, por suerte él podría intentar reanimarla. Suspiro al pensar en la noche anterior, los dos se habían quedado leyendo Peter Pan y recordando su primer día como amigos, habían evolucionado bastante desde aquel día de Abril. Ahora estaban enamorados el uno del otro, eso le hizo sacar una sonrisa.

De a poco se escuchaba como alguien bajaba las escaleras con cierto ritmo y Gilbert sonrió al ver como Hazel fruncia el ceño. Casi, pero casi suelta una carcajada al ver la cara de la madre de Bash al ver a Sonia entrar a la cocina.

MY PRETTY LADY |G.B.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora