VIII

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Enero

El profesor Phillips y Pricy Andrews se iban a casar y era de lo único que se hablaba en Avonlea. En sí a Sonia no le parecía lo mejor, no tanto por la diferencia de edad, que era de 4 años, era más por lo poco que congeniaban esos dos. El señor Phillips era molesto y abusivo, disfrutaba del control que tenía sobre los alumnos y se aprovechaba de este. Pero Pricy era una persona tan calma y buena, no había congeniado mucho con ella, pero en las últimas semanas eso cambió y pudo conocerla más a fondo.

Pero eso no importaba ya que se encontraba en la casa de Gilbert ayudándolo a estudiar. Si ella le llevaba libros casi todas las semanas, Gilbert los leía para después ella tomarle una lección. Pero ese día en particular ambos se encontraban muy cansados por lo que se estaban tomando un descanso cuando Bash entró en la cocina.

-No soy un hombre que suela quejarse mucho. - ambos jóvenes se rieron por eso, Bash se quejaba hasta del color que tenía el agua. - Pero esto ya es insoportable. - a raíz de que el hombre dijera eso Sonia noto como un hilo colgaba de su muela.

- ¿Qué es eso, Bash? - dijo la chica levantándose para tomar el hilo. Gilbert estaba prestando la suficiente atención para entender a lo que quería llegar el hombre.

- Como el dolor de muela es la cosa más insufrible del mundo me voy a deshacer de esta. - dijo el hombre con una sonrisa. - Por favor, tiren de la puerta.

-No creo que sea una buena idea. - dijo Sonia mientras Gilbert se levantaba. - ¿No sería mejor que vieras a un doctor?

- ¿Para qué? Si esto se puede resolver en un santa... ¡Ahhhh! - grito Bash después de que Gilbert cerrara la puerta.

- ¡Gilbert! - dijo Sonia fuertemente

- ¡Eso dolió! - se quejó Bash.

-Eso era lo que querías. Límpiate seguido o se te va a infectar. - dijo acercándose a sus amigos. - Nos tenemos que ir a la escuela. - dijo dirigiéndose a Sonia y esta asintió.

Algo que empezó a suceder después de Navidad era el cómo se trataban Gilbert y Sonia. Ambos siempre fueron cuidadosos y cariñosos entre ellos, siempre hicieron todo lo que estaba en sus manos para que el otro se sintiera bien y a gusto, pero ahora era diferente. Ahora había algo entre ellos, sus miradas, sus tactos, sus tonos y su atención eran distintos, todo era más romántico.

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La escuela marchaba como era usual, todos escribiendo, prestando atención, algunos se lanzaban papelitos y otros susurraban, pero todo dentro del silencio para no despistar al profesor Phillips.

En el aula se podía sentir cierta tensión entre el profesor y Gilbert, ya que el primero había sido muy cruel con el amigo de Sonia al mencionar al padre de este. Desde ese incidente el profesor parecía hacer todo lo que podía en dejar en ridículo a Gilbert, pero no podía ya que el joven Blythe respondía implacablemente todas las preguntas del mayor. Pero el silencio de tumba que se había formado acabó con la llegada de Bash a la escuela.

-Disculpen. ¿Pero puedo hablar con Gilbert un momento? - preguntó el hombre quién no se veía en el mejor estado.

-Solo si hablan en el recibidor. - le contestó el profesor con un tono poco amable.

MY PRETTY LADY |G.B.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora