Long Game [Primer borrador]

CAPÍTULO 25

El viaje de camino a casa fue muy silencioso. Bueno, refiriéndome a las conversaciones en especial porque Chandler había puesto música en el estéreo para amenizar el ambiente. Al principio fue un poco incómodo porque ni Harry ni yo decidíamos qué asientos íbamos a tomar. Yo no me quería ir enfrente, pero eso realmente no importó porque mi amigo estuvo forcejeando conmigo un par de segundos en el estacionamiento hasta lograr adueñarse de los asientos traseros. 

Muy conveniente, ¿no es cierto? 

Aunque, debo admitir, la escena en general había sido muy graciosa. Harry y yo parecíamos dos hermanos peleando por una bolsa de papas fritas. 

Resignada, decidí recargar mi cabeza sobre el brazo que había colocado en el área de los vidrios porque Chandler los había bajado completamente con alguna función maestra de su auto. El viento seguía sintiéndose con fuerza, todavía más que cuando estábamos en la terraza comiendo nuestra hamburguesa, a pesar de ir a una velocidad relativamente normal.

Había cosas que no cambiaron a pesar de los años que nos habíamos dejado de ver, como que North Point Worship seguía siendo el grupo favorito de Chandler, y que a pesar de estar concentrado en el camino, imitaba el toque de los instrumentos en el aire mientras movía la cabeza al ritmo de la música y cantaba las canciones juntamente con el vocalista. 

La estaba pasando de maravilla, como en un concierto sobre ruedas. 

Y mientras yo lo observaba. Fui lo suficientemente cuidadosa para que no se diera cuenta, porque habría resultado muy extraño y lo que menos deseaba era provocarle incomodidad, pero de vez en cuando hacía un movimiento rápido con la cabeza para ver lo que hacía, o al escuchar que inevitablemente terminaba desafiandose cuando cantaba alguna nota alta. 

—Es muy bonito por aquí —Harry habló por encima de la música,  y al percatarse, Chandler decidió bajar el volumen a un nivel decente. 

—¿Tú crees? —preguntó, mirándolo a través del retrovisor.

—Sí, en serio. Nunca había venido a esta zona. 

—¿En serio? —pregunté un tanto confundida. 

—Bueno, tal vez pasé en algún momento, pero seguramente no estaba prestando la atención suficiente. 

Asentí con la cabeza, a modo de haber entendido.  

—A mí me gusta mucho manejar por aquí, porque prácticamente tengo la carretera libre y es extremadamente relajante ver el paisaje allá enfrente —Señaló con su dedo índice para indicarnos a donde se refería. Había montes a lo lejos, árboles gigantes y el cielo, cuyas nubes en ese momento parecían pintadas al óleo—. Solía venir seguido antes. 

—Es entendible —Harry respondió, recargándose en el hombro de mi asiento—. Yo también vendría con frecuencia si tuviera un auto. 

Chandler sonrió de lado. 

—¿Qué van a hacer ahora? —preguntó sin dejar de mirar hacia el frente. 

—Yo recibí un mensaje de Lourdes esta mañana. Decía que estaba citando a la mayor cantidad de personas posibles al nuevo salón de la Iglesia, así que creo que estaré por allá.

—¿Es para lo de la reconstrucción? —Harry inquirió ladeando la cabeza. Yo respondí que sí—. Ah, también me llegó el mensaje. Pero necesito ir a recoger a mi hermana de su clase de Alemán e ir a ver a mi abuela para entregarle una canasta de fresas.

—Salúdamela mucho —pedí girando a verlo.  

—De tu parte. 

Hubo un par de segundos de silencio nuevamente en los que solo se podía escuchar la voz del cantante a través del reproductor del automóvil, pero no se prolongó más tiempo  porque Chandler tomó la palabra otra vez.