"The dangers of loving you" | JenLisa G!P |

02; La piedra en mi zapato.

POV Jennie

Cuando su motocicleta se estaciono en la entrada de la casa, y mi padre la recibió como una hija, supe que las cosas si podían ir peor.

Luego del atentado en la escuela, mi padre nos trajo directamente a nuestra casa principal, estamos aquí desde hace dos días. Yo creí ingenuamente que podría regresar pronto a mi vida normal, o a lo que trataba de llevar como normal.

Estaba tan lejos de eso.

Ahora pasaría los siguientes meses encerrada en la enorme mansion, lejos de mis amigos, de la escuela, de cualquier otra persona que no fuera de absoluta confianza.

¿Por cuánto tiempo? Ni siquiera mi padre estaba seguro de saberlo.

Uno de sus rivales había descubierto nuestra identidad, y hasta que él y su organización no estuviera fuera del juego, nada nos garantizaba que estuviéramos a salvo.

Mientras mi padre utilizaba todos sus contactos para agilizar la búsqueda, Jisoo y yo nos quedaríamos encerradas.

Era increíble. Realmente increible. Cuando por fin mi vida comenzaba a tomar algo de forma, todo se iba al carajo por los malditos negocios de mi padre.

Estaba furiosa con él. Furiosa y triste.

La niñera que consiguió para nosotras era el colmo. Entró con esa sonrisa egocéntrica, a reírse en mis narices de mi situación. Era una idiota.

Para el colmo, había mojado mi paquete de cigarros, creyéndose superior y en el derecho de intervenir en mi vida. ¿Qué mierda le importaba a ella lo que hiciera?

Habría perdido completamente la cabeza, de no ser que tengo varios paquetes más escondidos en otros sitios. Mi padre no era idiota, sabía de mi reciente gusto por los cigarros e intento impedirlo, pero yo soy hija de un mafioso, y soy lo suficientemente astuta para saber cómo conseguir lo que quiero. No fue difícil.

Ahora, sin embargo, tendría que cuidarme tanto de mi padre como de la estúpida guardespaldas que dejó a cargo de nosotras.

Me encerree en mi habitación luego de abofetearla. Me sentía demasiado mal, por mi libertad, por la vida que me había tocado, por las cosas que tendría que soportar siempre por lo que mi padre era. Tendría que acostumbrarme a ver personas alejarse de mi por miedo, por lastima, por repulsión. Si tan sólo supieran que ni Jisoo ni yo, somos parecidas a él.

Y mi madre tampoco..

Mi madre..

En momentos así, ella estaría acariciando nuestras cabezas y susurrandonos que todos estaría bien. Cuánta falta me hacía eso.

Pero mientras más me acurrucaba en mi cama, más estaba consciente que nada de eso sucederia. Ella no vendria. Las cosas no estarían bien. Nada de esto cambiaría. El paquete de cigarros no volvería, ni ella tampoco.

Unos ligeros toques en mi puerta me despertaron. Jisoo me llama con dulzura que baje a comer. Mientras me estiro en mis sabanas, noto por mi ventana que el sol ya no está.  En cambio, un manto negro y taciturno baña mi alcoba.

Pestañeo un par de veces antes de sentarme en mi cama y me regaño a mi misma por haberme dormido. Probablemente no tendré sueño hasta pasada la madrugada.

Con mucha lentitud, camino hasta mi baño y enciendo la ducha. Espero que el agua se caliente un poco antes de entrar. Me doy un baño tranquilo, de al menos veinte minutos, en los cuales dejo el agua caer libremente hasta despertarme. Lavo mi pelo, lavo mi cuerpo y después salgo.

El clima en Los Ángeles, a esta altura del año ya está casi en primavera, y las temperaturas se vuelven más calidas, así sólo me pongo un pantalón de tela fina que es bastante suelto y una blusa mangas cortas. Mi pelo - aún húmedo- lo sujeto en un moño desordenado sobre mi cabeza.