16; Límites.

3.8K 525 23
                                    


Entró al cuarto pateando algunas latas de cervezas en el suelo. Soltó un gruñido y avanzó hasta la sala, ignorando el desorden del lugar, donde un joven pelinegro con una laptop estaba acostado sobre el sofa.

- ¡YA SABE DÓNDE ESTAMOS!.- Exclamó furioso mientras avanzaban hacía el otro.- ¡¿Puedes explicarme cómo mierda lo supo tan rápido?!

El más joven lo miro con expresión serena y cerró la laptop para luego ponerse de pie. Namjoom estaba irradiando molestia, pero se tranquilizó al ver los ojos del menor chispar de gracia.

- ¿Puedes relajarte? Ya arreglé todo.- Palmeo el hombro del otro y sonrió.- No esperaba que tardará mucho, Manoban es astuta, nos advirtieron de ella.

Se fue caminando despacio hacía la cocina y cogió de la nevera algunas latas de cervezas, le tendió una al mayor y luego se limitó a mirar por la ventana.

- El señor D se encargó de darnos un nuevo lugar. No podrán tocarnos allá, ve a coger tus cosas, debemos irnos ya.

Namjoom se quedó unos segundos mirando a su compañero y luego abrió su cerveza. La bebió con gusto mientras su cabeza trabajaba, se preguntó cuál sería la motivación de aquel hombre para ir tras las Kim. Al comienzo estaba convencido de que todo se debía a cuestiones de territorio y dinero, pero descarto eso luego del incidente con la menor de las Kim. Cuando sus hombres dispararon sin cuidado poniéndola en peligro y entonces su propio jefe ordenó deshacerse de ellos.

Fue algo cruel, pero le había dejado en claro una cosa. Lo que fuera que su jefe buscaba, necesitaba a las hermanas Kim con vida.

- Curioso hombre..- Murmuró para sí mismo.

Se fue directo a su recámara y sacó sin cuidado la ropa que había dentro de su closet, la arrojó en una pila sobre la cama para luego sacar su maleta y abrirla sobre el suelo. Todavía se le hacía muy raro todo, pero si Jungkook estaba tan seguro de este sujeto entonces él debía confiar. Su amigo siempre había sido astuto para escoger con quien trabajar, así que cuando la oferta del señor D llegó a ellos, ni siquiera dudo de la elección de su compañero y se lanzó a la misión.

Meses atras, había recibido un generoso pago por algo simple. Debía secuestrar a las hermanas. Ya tenían todo planeado, la camioneta negra que llevaba a Jennie a la escuela salía a las 7 y tomaba la misma ruta a diario. Con la menor de los Kim entre sus manos, Jisoo no seria problema, pues la mayor estaba en una residencia de estudiantes y caminaba un par de calles hasta su universidad.

Era tan simple. Tan jodidamente simple que, cuando noto la emboscada en su contra, casi se disparó a si mismo de puro coraje.

No tardó demasiado en coger el primer vuelo directo a Corea, como Jungkook se lo había recomendado. "Si Kim te descubre, y lo hará, no sobreviviras ni un segundo aquí." Jamás se había sentido tan cobarde e inepto en su vida, pero decidió actuar razonablemente y siguió el consejo del menor.

Ese mismo día, cuando el sol cayó por completo, un llamado se hizo a su puerta y un par de tipos prácticamente los escoltaron hacía el vehículo que se estancionaba en frente de su edificio. Subieron y no tardo segundo en atracar para llevarlos hasta su nuevo "hogar".

- Todavía estoy confundido con esto.- Admitió Namjoom.

El más joven miro hacía el espejo retrovisor e hizo contacto con la mirada endurecida del conductor.

- No hay nada que entender, trabajo es trabajo ¿recuerdas? Limitate a seguir órdenes y estarás bien.

Namjoom entendió la respuesta y se limitó a guardar silencio el resto del trayecto. En su mente, todavía barajaba las posibilidades de que esto fuera un plan de extorsión, pero la realidad estaba muy lejos de eso. Claro, él no sabía nada de ello. Pero Jungkook, quién era mucho más astuto, investigó hasta dar con una posible razón de todo ello. Si era como él creía, entonces Kim tenía los días contados.

"The dangers of loving you" | JenLisa G!P |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora