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Salí del lugar con una carpeta en manos correspondiente a las entregas realizadas el día que fue entregada la carta, en un horario de ocho a diez de la mañana, con una esperanza de que por fin mis súplicas hubieran sido escuchadas y todo empezará ...

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Salí del lugar con una carpeta en manos correspondiente a las entregas realizadas el día que fue entregada la carta, en un horario de ocho a diez de la mañana, con una esperanza de que por fin mis súplicas hubieran sido escuchadas y todo empezará a tomar forma apartir de ahora.

Todo el camino a casa recordé la cara de frustración que Edgar tenía en ese momento, había violado la norma de confidencialidad con tal de ayudarme. A mí. A su primo.

Nunca me había gustado tener que usar el hecho de que fuéramos familia como un chantaje para obtener lo que quería pero dada las circunstancias no tenía opción.

Era eso o no poder ayudar a M.

Salvando Un Corazón.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora