Capítulo 20

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La guerra había empezado. Los ejércitos de lobos tanto del Clan Luz como el del Clan Sombra ya estaban situados en sus respectivos campamentos, justo al lado del frente. Miembros de la recién formada Resistencia habían podido acceder y situarse entre las filas de los dos bandos.

Todo esto dejaba muchas alianzas posibles entre miembros de la Resistencia y miembros de los ejércitos de los clanes que no estaban satispechos con el tema de la guerra. Poco a poco parecía que el número de afiliados a la guerra subía... Aunque era un poco estresante pensar en la cantidad de soldados que no lo eran.

Gracias a Athenea, Ilargi pudo poner a Allen entre las filas del Clan Sombra, que era el bando más difícil de los dos a la hora de parar el odio hacia el otro clan. Este gamma era de ojos grises azulados, y cabellos rubios, y de una altura media. Así, Allen era el único gamma en función de alfa por ahora entre las filas, y este se encargaba de pasar información de incógnito. Era como una especie de espía interno.

La casa de Ilargi y su manada por ahora era el lugar más seguro para estar escondido, y justo ahí estaban las princesas junto con unos cuantos miembros de la Resistencia que no  habían podido acceder entre las líneas de batalla.

La pequeña manada de Ilargi había traído todas sus provisiones para compartirlo con los que se habían quedado con ellos, para así gestionar todo antes de que la batalla se tornara demasiado violenta.

Esa misma mañana amanecieron con el sonido de las lejanas trompetas de guerra sonando, a la lejanía. Era obvio, había empezado la masacre.

Las princesas decidieron que tenían que ir esa misma mañana a las filas. Se presentarían frente a sus padres las dos para manejar desde dentro la Resistencia en los dos bandos, pero sin dar lugar a ninguna sospecha. Al fin y al cabo se esperaba eso de ellas.

Ethel y Étoile se despidieron de Ilargi y de los demás, y tomaron sus respectivas posiciones.

—Id con cuidado... —se despidió de sus amigas la gamma, preocupada—.

— La tendremos, te lo prometo —dice Ethel acercándose a darle un abrazo a la más baja—.

— Sí, sabrás si pasa algo, además tienes que estar ahí para el llamado... Contamos contigo, contamos con todos vosotros —sonríe Étoile uniéndose al abrazo—.

Así, la manada de Ilargi y los que quedaban de la Resistencia se quedaron gestionando las provisiones de todos.

Elisa y Kat, que no habían podido unirse a las filas decidieron montar un pequeño comité para tratar las heridas de aquellos miembros que llegaban a la noche del campo de batalla. Paola, una gamma en función de omega que le había presentado Athenea se unió a este comité para tratar a los demás como enfermera.

Gracias a todo esto y a la cantidad de provisiones allí guardadas, el comité de salud pudo realizar medicina para tratar de antemano y con el vapor de los calderos de agua de la casa de la pequeña manada podían esterilizar las herramientas. No podían permitirse bajas.

La guerra había empezado de forma muy sangrienta, ya se notaba en el primer dia. Era infernal.

Entre las filas se respiraba un aire trágico, pero sobretodo lleno de ansiedad y incertidumbre. Y eso que ese día era el día menos fuerte, puesto que solo probaban el armamento. El día siguiente sería peor, puesto que todos sabían que los mandarían transformarse en sus lobos para luchar.

Y eso solo significaba sangre, mucha sangre.

La lucha en forma humana, comparada con la de en forma lobuna era mucho más leve. Cuando alguien se transforma en lobo, sobretodo los alfa, se vuelven mucho más fuertes y más voraces. Y eso, a la hora de pelear puede llegar a ser mortal.

𝑯𝒐𝒘𝒍𝒊𝒏𝒈 𝑯𝒖𝒏𝒕𝒆𝒓𝒔 || 𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora